De no ocurrir sorpresas de última hora, lamentamos informarle que Jorge Hank Rhon ganará la elección para gobernador el próximo domingo en Baja California.
El controvertido personaje obtendrá una ventaja escasa, pero suficiente para llevarse la victoria luego de una de las campañas más sucias, agresivas y competidas que se recuerde en la historia de esa entidad.
Y decimos que lamentamos esta noticia por dos razones básicas. La primera es que Hank Rhon no tiene el perfil ni la experiencia política para un cargo de tal naturaleza como ya quedó demostrado a su paso por la alcaldía de Tijuana en donde escasearon los programas de trabajo y abundaron las pugnas con el Estado y la Federación.
La segunda es que Hank será gobernador de medio tiempo toda vez que su peculiar estilo de vida con viajes constantes por el mundo, fiestas frecuentes y una desorganizada agenda, le impedirán mantener un ritmo de trabajo disciplinado.
Habrá además otro agravante, Hank tendrá que mudarse a Mexicali y dejar sus animales, su hipódromo y su mansión o por el contrario dividir su Gobierno entre la capital y Tijuana como ha ocurrido con regímenes anteriores con resultados negativos.
Al cierre de las campañas y a cuatro días de la elección, la Alianza Para que Vivas Mejor que integran el PRI, el Partido Estatal de Baja California y el Partido Verde Ecologista, logró remontar una desventaja considerable de acuerdo a las últimas encuestas.
Hank alcanzó su mejor momento en las preferencias electorales cuando el Tribunal Federal Electoral reactivó su candidatura en una decisión más política que legal que el tricolor explotó al máximo en los medios de comunicación locales y nacionales.
Un éxito indiscutible de la Alianza fue la campaña costosa, pero efectiva en donde su candidato Jorge Hank aparece como actor estelar en anuncios de radio, televisión y prensa además de las miles de carteleras instaladas en todo el Estado.
Gracias a Carlos Alazraki y a su estudio rodante de televisión, el candidato tricolor grababa comerciales a la hora y en el lugar que le pegaba la gana en un alarde de recursos y tecnología que ya lo hubieran deseado los candidatos presidenciales de 2006.
Obviamente ni en Baja California ni a nivel federal existen mecanismos ni autoridad que ponga alto a este derroche económico a pesar de los topes oficiales para las campañas políticas.
El PAN y su Alianza por Baja California con José Guadalupe Osuna Millán al frente gastaron también muchos recursos en publicidad, pero con menor efectividad.
Las campañas negras estuvieron al orden del día. De acuerdo a un reciente estudio realizado entre el 13 de junio y el 27 de junio, de 82 distintos spots de partidos y candidatos transmitidos en los medios electrónicos, al menos 18 tenían mensajes negativos y violaban los preceptos legales.
La campaña de Hank Rhon se realizó al viejo estilo del PRI e incluyó la infiltración de organismos electorales y el ofrecimiento de obsequios y dinero a cambio del voto. De ahí que anticipemos su triunfo como sucedió en Tijuana en el año 2004 cuando utilizó todas las maniobras electoreras del pasado para ganar la alcaldía ante un panismo adormecido.
Pareciera que el PAN no aprendió la lección y desde el inicio de la campaña cayó en el juego del PRI al contestar cuantos ataques recibía por parte de Hank y compañía.
Su subieron al ring innecesariamente y se quedaron fuera del mismo en los momentos más apremiantes. Uno de ellos ocurrió cuando Acción Nacional aceptó sin ningún reclamo la decisión del Trife que a pesar de ser inapelable debió merecer cuando menos una crítica abierta al organismo federal por intromisión en la soberanía de Baja California.
Un triunfo del tricolor en Baja California significará la peor derrota de Acción Nacional en lo que va del régimen de Felipe Calderón lo que obligará a los blanquiazules a reestructurar a fondo sus campañas y sus estrategias de Gobierno.
Pero más vale esperar los resultados del domingo, todavía pueden ocurrir milagros.
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