Mañana es el último día de este año 2007. Los antiguos denominaban a esta fecha en especial: Nochevieja, un poco relacionándola con la Nochebuena de hace una semana, y a la espera del Año Nuevo que comenzará justamente pasadomañana.
Mañana termina un año en verdad agitado para nuestra patria donde a los ya casi desgraciadamente “normales” sucesos provocados por condiciones meteorológicas adversas para alguna región del país: en este caso las inundaciones de Tabasco y por enésima vez Chiapas, se tuvo como referente noticioso el claroscuro político que por una parte consiguió consensos entre los tres principales partidos políticos nacionales para conseguir la tan ansiada por los propios partidos, reforma Electoral, incluso con la consiguiente reforma constitucional requerida para ello, pero en la que se quedaron en el tintero de la indefinición temas mucho más necesarios para el pleno desarrollo de toda la nación, como lo es la propia reforma del Estado tan prometida y que complementaría la Electoral ya antes mencionada, y las necesarias en el ámbito tributario, energético y laboral.
2008, el año que inicia tiene una característica muy especial que deberá ser aprovechada por los legisladores, si es que verdaderamente quieren conseguir para México esas reformas fundamentales tan necesarias.
Al no haber en todo este año ninguna elección para gobernador de algún estado, pudiera darse que la política legislativa no se viera condicionada por las coyunturas que plantea el rejuego de cada elección gubernamental, con las consabidas presiones para el Poder Ejecutivo Federal respecto de las iniciativas que presenta y que muchas veces son secuestradas por esas decisiones estatales de coyuntura.
Hoy último día del año, es sobre todo día de reflexión sobre lo hecho o dejado de hacer a lo largo de la anualidad que hoy termina y en base a ese examen de conciencia, plantear para el año que comienza, buenos propósitos que pudieran haber surgido de ese ejercicio que muchos acostumbramos hacer con motivo de la finalización de un ciclo anual.
Mi experiencia personal va en la línea de procurar que no sean demasiados esos propósitos y formularlos lo más concreto posible, de modo que no vaya a suceder que por ahí de inicios de febrero ya se nos olvide inclusive, lo que hoy y mañana nos propongamos como meta de mejora continua, para un salto de calidad en nuestra vida.
Quiero aprovechar esta oportunidad de poderme comunicar con usted amigo lector justamente en la víspera del inicio del Nuevo Año, para expresarle nuevamente mi agradecimiento por su generosa atención a mis artículos a lo largo del año que hoy termina y desearle lo mejor, tanto para la celebración que lleve a cabo con motivo del Nuevo Año, como a lo largo de todos y cada uno de los días del nuevo ciclo que comienza.
¡Feliz 2008!