EL SIGLO DE TORREÓN
GÓMEZ PALACIO, DGO.- Por el delito de homicidio calificado con el agravante de traición, el Ministerio Público consignó ante el Juzgado Penal, a Jaime Muñiz Orozco, presunto asesino de su suegra. El inculpado dio positivo a cocaína en el examen toxicológico practicado por la Subprocuraduría de Justicia.
El agente investigador del Ministerio Público, Aurelio Urbina Suárez, explica que el agravante de traición se configura debido a que mató a la mujer en su casa y era su familiar.
Ayer mismo fue enviado al Cereso de esta ciudad, donde quedó a disposición del Juzgado Penal, que en tres días determinará su situación legal.
Como se informó en su oportunidad, el homicidio se registró a las 08:30 horas del martes 16 en el interior de la vivienda marcada con el número mil 546 de la calle Argentina en la colonia Ampliación Santa Rosa, hogar que compartía la hoy occisa, María Esther Rivas Valenzuela, de 54 años, con su hija Adriana Gaspar Rivas de 30; con su nieto Luis Fernando Ferniza Gaspar de 12 y con Jaime Muñiz Orozco. Adriana tiene seis meses de embarazo y desde hace seis años estaba casada con Jaime.
Muñiz Orozco confiesa que a las ocho y media de la mañana del martes, su suegra se metió a la recámara y lo despertó reclamándole por qué no trabajaba. Durante la discusión el sujeto empujó a su suegra y dice que ella también lo agredió y él con una mano la tomó por el cuello hasta asfixiarla.
El presunto homicida empezó a hacer desorden en toda la vivienda para simular que habían entrado a robar y tomó un teclado de la marca Yamaha, un DVD marca Daewoo y se fue de la vivienda a bordo de una bicicleta. En un bazar empeñó los aparatos y anduvo consiguiendo trabajo en varios talleres de herrería.
Muñiz Orozco declaró que lo contrataron en un taller de la colonia El Refugio y ahí estuvo trabajando todo el día, alrededor de las ocho y media de la noche regresó a la vivienda como si nada hubiera ocurrido, en ese momento sus cuñados llamaron a la Policía Ministerial para que interrogaran al sujeto, quien terminó por confesar su crimen.