Estudios revelan que nueve de cada diez mexicanos padecen algún tipo de enfermedad bucal.
El mal aliento, el mal sabor continuo, el sangrado al cepillarse o pasar el hilo dental pueden ser síntomas de una enfermedad bucal crónica.
La Asociación Dental Mexicana y un estudio hecho por el enjuague bucal Listerine, reportó que nueve de cada 10 mexicanos padecen de algún tipo de enfermedad bucal y sólo 2 de cada decena está consciente de ello.
Al no llevar una higiene dental adecuada, no sólo corre peligro nuestra dentadura, sino algunos órganos del cuerpo. A través de los aparatos circulatorio, digestivo y respiratorio, se pueden regar infecciones que en un inicio pueden ser detectadas en la boca.
En circunstancias normales, en la boca de los humanos habitan de 10 a 100 millones de bacterias de más e 700 especies existentes.
Si uno no se cepilla los dientes al menos dos veces al día, usa de vez en cuando el hilo dental o enjuague bucal, los agentes patógenos crecen y se multiplican rápidamente y pueden atacar a las encías y dentadura.
Una enfermedad periodontal es aquella que se sitúa alrededor de los dientes, son provocadas por bacterias de las encías que destruyen las fibras de inserción y el hueso de soporte que mantiene las piezas dentales en la boca.
De acuerdo con Mónica Zoydo García, miembro de la Asociación Mexicana de Ortodoncia, la principal causa de dichos padecimientos en la boca es la placa bacteriana (una biopelícula pegajosa incolora que se forma constantemente en los dientes). "Al no retirarse adecuadamente se endurece y se convierte en una sustancia dura y porosa que se conoce como sarro".
En un correcto cepillado es posible retirarlas, pero si se quedan en nuestra boca por mucho tiempo, se corre el riesgo de que esas toxinas irriten las encías, provocando que se desprendan de los dientes y se formen bolsas que provocarán la creación de más bacterias e infección al nivel del hueso.
Aunque la placa es la causa más común de los males en los dientes, existen otros factores que pueden afectar la salud en las encías. Entre ellas está la diabetes: en enfermos que no la tienen controlada, las lesiones bucales suelen ser más severas. También sucede lo contrario, que por tener lesiones en la boca, los diabéticos tengan dificultades para controlar su alto nivel de azúcar en la sangre.
Las enfermedades que dañan el sistema inmunológico del cuerpo pueden empeorar la condición de las encías. De igual forma sucede con el embarazo y la pubertad, dado que los cambios hormonales hacen que las encías se enrojezcan, se tornen blandas y sangren con facilidad.
El estrés es un factor más que nos arruina la dentadura, pues en ocasiones hace que a las defensas del cuerpo se les dificulte combatir una infección. Lo mismo ocurre con los anticonceptivos orales, antidepresivos y ciertos medicamentos para el corazón, anticonvulsivos e inmunodepresores.
Algo más que nos puede provocar problemas en la boca es la mala alimentación, pues la baja de nutrientes puede hacer que el cuerpo tenga dificultades para combatir infecciones.
Por último, pero no menos grave, el cigarro. Los que consumen tabaco tienen mayores posibilidades de adquirir enfermedades periodontales y padecer las formas más severas. Además, la recuperación después de una terapia puede llevar más tiempo.