La Habana, Cuba.- Cuba acusó ayer al Gobierno de Estados Unidos, encabezado por George W. Bush, de mantener la política de eliminar al líder cubano Fidel Castro y llevar “muerte y dolor” a su pueblo, en una declaración aprobada por unanimidad en el Parlamento.
“La conducta del Gobierno de Bush muestra claramente su intención de seguir empleando contra Cuba los métodos más execrables”, afirma la declaración, que denuncia los planes de la CIA para asesinar a Castro recogidos en los documentos de la agencia de espionaje desclasificados esta semana.
Según los documentos, conocidos como “las joyas de la familia”, en 1960 la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos quiso usar a un miembro de la mafia, Johnny Roselli, para matar a Castro en “una acción tipo gángster”.
“Lo que ahora reconoce la CIA no es historia antigua. Es realidad presente y lo demuestran los hechos”, indica la declaración.
“Los documentos de la CIA revelan parte de los intentos para matar al compañero Fidel Castro y llevar la muerte y el dolor a nuestro pueblo”, continúa.
El Gobierno cubano también denunció que Washington protege al anticastrista Luis Posada Carriles, acusado de terrorismo por La Habana y Venezuela, mientras mantiene en prisión desde hace nueve años a cinco agentes cubanos bajo cargos de espionaje.
“El cínico respaldo a Posada y el vergonzoso castigo a nuestros cinco luchadores antiterroristas son pruebas irrefutables de que esos viles propósitos, ahora reconocidos, no son cosa del pasado y que ésa sigue siendo la política de los actuales gobernantes estadounidenses”, afirma la declaración.
La Asamblea Nacional del Poder Popular (Parlamento unicameral cubano) comenzó ayer la primera de las dos sesiones que celebra anualmente, tras una semana de análisis sobre la situación de sectores clave para la economía del país, como la agricultura, el transporte o la vivienda.
El presidente provisional de Cuba, Raúl Castro, encabezó la apertura de la reunión, en la que por segunda ocasión permanece vacía la silla de Fidel Castro, convaleciente de una grave enfermedad intestinal que le obligó a delegar el poder en su hermano menor el 31 de julio de 2006.