Antes Sinaloa, Tijuana y Sonora eran los estados en donde el narcocorrido tenía asentadas sus raíces con exponentes como Tucanes de Tijuana. (Fotografía de El Universal)
El género musical que nació en México, ya llegó a Colombia; la ostentación es su objetivo principal
MÉXICO, DF.- El mapa del narcocorrido en México ha crecido y evolucionado. Los estilos gruperos penetran cada vez más en el gusto musical, sin distinguir estratos sociales ni económicos.
Lo que empezó como un fenómeno fronterizo se ha convertido incluso en un fenómeno de exportación y es Colombia el primer país en continuar la tradición del corrido.
En la televisión, la violencia ha cambiado de escenarios y a la par, la música sobre el llamado “narcomundo” ha abierto nuevos espacios, ambientes y más exponentes se suman cada día al mundo grupero.
Si antes Sinaloa, Tijuana y Sonora eran los estados en donde el narcocorrido tenía asentadas sus raíces con exponentes como Chalino Sánchez, El Gavilán de la Sierra, El As de la Sierra, Los Dareyes de la Sierra, Tucanes de Tijuana o Sergio Vega, Nuevo León y Michoacán se han hecho visibles con exponentes como Beto y sus Canarios, Los Originales de San Juan y Los Razos, entre otros.
Incluso, el guanajuatense Grupo Exterminador se ha colado en el ambiente, enfocado principalmente en el público estadounidense.
José Manuel Valenzuela, investigador del Colegio de la Frontera Norte y autor del libro Jefe de jefes: corridos y narcocultura en México, explica que el fenómeno tiene muy poco tiempo de haber modificado su mapa.
“La regionalidad de los corridos ha crecido. No es ya una dimensión de la frontera, está dentro de Estados Unidos, en el norte y al sur del país. (El género) ha tenido más visibilidad por la historia de las rutas del narcotráfico que atraviesan Sinaloa, Sonora, Baja California y Chihuahua. Gran parte de la droga pasaba por esa ruta, algunos de los corridos famosos incorporaban a Chihuahua, Sinaloa y Tijuana por los hermanos Arellano. (El mapa) se ha modificado, ha habido cambios”, explica el investigador.
Exportan narcocorrido
Los narcocorridos han sido una forma de exaltación de las aventuras de los traficantes, quienes incluso pagan por tener uno o varios temas que narren sus “hazañas”.
La posibilidad de hacer perdurar sus acciones ha generado incluso que el fenómeno se exporte.
“En Colombia no había esa tradición, pero ya se pueden encontrar corridos en Cali, Bogotá y la región paisa. En un principio se mandaban a hacer algunos corridos con compositores mexicanos, pero ahora tienen sus propios corridos y se han grabado discos”, relata Valenzuela.
En Colombia se les conoce como corridos prohibidos, término difundido en los años 90 a partir de una compilación a cargo del sello discográfico Alma Records, que recogió lo más significativo del corrido mexicano y colombiano para agruparlo bajo el mismo título que el disco de 1989 lanzado por Los Tigres del Norte.
Se atribuye al traficante Gonzalo Rodríguez Gacha, conocido como El Mexicano, quien creció con la influencia del cine y la música de la época de oro, la incorporación del corrido en aquel país. Incluso él cantó uno para su ciudad natal.
En la pagina del sello disquero (www.corridosprohibidos.net) se afirma que Los Tigres del Norte fueron la principal influencia del boom del corrido en Colombia, pero ahora la lista de intérpretes menciona a artistas como Darío Gómez, El Charrito Negro y Johnny Rivera, además de ubicar a los municipios norteños Boyacá y Santander, cercanos a Bogotá, como los epicentros del corrido.
Incluso se alude a más de 200 agrupaciones dedicadas al género, que tienen como coincidencia con los mexicanos el uso del acordeón.
La ostentación como objetivo
Además de ser visto como el país de las oportunidades, Estados Unidos es el objetivo. Buena parte de los artistas dedicados al corrido tienen ahí su fuente de trabajo e incluso es generador de proyectos que se han desarrollado entre la comunidad latina como Raza Obrera, Ulises Quintero y la dinastía Rivera, encabezada por el patriarca Pedro y su hijo Lupillo.
Todos, en sus letras, relatan “hazañas” donde el triunfo es burlar la frontera. La geografía del narcocorrido lleva siempre al “otro lado” y está íntimamente ligada a las rutas del tráfico de drogas y la riqueza generada a partir de la actividad.
José Manuel Valenzuela señala que la dinámica de los relatos responde a la necesidad de hacer visibles las metas conseguidas.
“El regionalismo cobra importante visibilidad en los narcocorridos, en lugares donde no basta tener cosas, hay que presumirlas. Las joyas o carros, incluso las mujeres”, dice el autor para subrayar que Nuevo León y Michoacán se han hecho visibles y se han incorporado a las rutas del tráfico y a la tradición corridista, legendaria en estos dos estados. En Nuevo León nació el primer exponente, Michoacán es el segundo estado más mencionado, después de Sinaloa.
No tienen fronteras
Es de los géneros musicales más populares, pese a que muchos de sus intérpretes temen a las represalias.
La popularidad de la música grupera, que engloba a los intérpretes de narcocorridos, se vio reflejada en la Encuesta Nacional de la Juventud, realizada por el INEGI y la Secretaría de Educación Pública en el año 2000, que arrojó en sus resultados un creciente gusto por la música grupera, que ya se colocó a la par del rock nacional, géneros preferidos por uno de cada cinco jóvenes.
“Lo grupero se convirtió en uno de los grandes fenómenos musicales. La capacidad de convocatoria de la música grupera está en tres ejes de la música popular: el conjunto norteño, la música de banda y la reapropiación de la música tropical. Una cantidad mínima interpreta narcocorridos.
Lo que la gente aprecia de la música grupera, la banda o el conjunto, es el ritmo gozoso, bailable, lúdico y muchas veces es independiente de la historia que cuenta”, explica el investigador José Manuel Valenzuela, quien destaca que estos géneros están “insertos en una tradición cultural de dimensión transclasista”, donde todas las capas sociales se involucran y lo potencian.
Ponen ritmo a sus ‘hazañas’
Valenzuela ubica algunas constantes temáticas en los relatos musicalizados. “La tradición migratoria, el racismo, el abuso y la visión de Estados Unidos como país de las oportunidades. Dentro del corrido, el contrabando es uno de los tópicos importantes, pero buena parte de ellos previenen para que la gente no entre al “narcomundo”, porque muchos tienen desenlaces fallidos”, afirma, y los puntos principales del mapa del narcocorrido tienen como característica, además de ser ruta, un sistema de identificación aspiracional debido al imaginario de que las actividades ilícitas llevan al “éxito” económico.
Michoacán es, después de Sinaloa, el segundo estado más mencionado en los narcocorridos.
Grupos como Los Razos y Los Originales de San Juan, a pesar de no ser michoacanos, han dedicado discos y canciones a esta “tierra caliente”, donde además innumerables conjuntos conocidos de boca en boca y a través de grabaciones independientes como Los Hermanos Jiménez, Alma de Apatzingán, Los Hermanos Gaspar y Beto y sus Canarios.
Monterrey aparece en el mapa desde los inicios del género, debido a que el dueto Los Alegres de Terán fue el primero en grabar oficialmente un corrido de contrabando, La Carga Blanca.
Agrupaciones como Los Cardenales de Nuevo León y Los Invasores de Nuevo León, además del recién fallecido Beto Quintanilla, han puesto en el mapa a su estado, como Los Tucanes de Tijuana y Los Incomparables de Tijuana a su ciudad.
Sinaloa es el epicentro del corrido, con decenas de cantantes y grupos que han difundido el género, pero tienen en Chalino Sánchez a uno de sus principales exponentes.
Tras su asesinato en 1992, la influencia de este cantante se percibió en toda una generación que trató de imitar su estilo, desde El As de la Sierra, El Gavilancillo, su hijo Adán Chalino Sánchez (fallecido en 2004) y El Chapo de Sinaloa.
La música norteña y el acompañamiento de tambora son los más requeridos para los narcocorridos.
“Lo ‘norteño’ se convirtió en parte de la expresión musical del norte, igual que la banda sinaloense; son formas musicales que identifican esta zona del país”, comenta Valenzuela, pero la banda de alientos ha encontrado mayor resistencia para extender su domino, a diferencia de la música norteña, apoyada con fuerza por Los Tigres del Norte.
En Sonora nacieron Valentín Elizalde -fallecido hace seis meses- y su hermano El Flaco. Es la tierra de los hermanos Vega, que han encontrado en Sergio El Shaka y Cornelio a sus exponentes más reconocidos, aunque han dejado de cantar el género con el que iniciaron para enfocarse en las baladas, como muchos artistas, por temor a represalias.