En 2007 Gabo regresó en tren a su natal Aracataca.
EL UNIVERSAL
CIUDAD DE MÉXICO.- De la imposibilidad de dar el salto para convertirse en un país más lector, a los festejos de personajes de la literatura que incluyeron a Gabriel García Márquez, Fernando del Paso o Ernesto de la Peña, estuvo marcado el año literario mexicano que termina.
Desde inicios de 2007, no sólo México sino el mundo hispanohablante entero e incluso a nivel mundial, comenzaron a llamar al año que concluye como el “Año Gabriel García Márquez”, en el que se festejaron los 80 años del autor. A la vez que se cumplieron cuatro décadas de la publicación de Cien años de Soledad y cinco lustros de la obtención del premio Nóbel de Literatura. El homenaje, incluido el que se realizó durante el IV Congreso Internacional de la Lengua Española, en Cartagena de Indias, Colombia, en marzo pasado, revistió de singular importancia para México.
Otro de los galardonados durante este año fue el mexicano Fernando del Paso, quien recibió el Premio Feria Internacional de Literatura 2007 entregado en Guadalajara apenas en noviembre pasado. Presente en la escena literaria nacional a sus más de 100 años, el oaxaqueño Andrés Henestrosa fue recordado otorgándole en días pasados el grado de Doctor Honoris Causa por parte de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Otra de las plumas mexicanas celebradas en 2007 fue el filólogo, poeta y ensayista Ernesto de la Peña, quien llegó a los 80 años de edad gozando del reconocimiento como uno de los más grandes estudiosos que ha dado la nación mexicana, realizando múltiples traducciones y legando una erudita aportación literaria.
En abril pasado, la literatura mexicana reconoció además al joven poeta Mario Bojórquez con el Premio Aguascalientes de Poesía 2007 por su obra El Deseo Postergado.
Esta fue electa de entre 300 obras de todo el país, por un jurado integrado por Víctor Sandoval, Dana Gelinas y Eduardo Langange, quienes emitieron su fallo en enero pasado.
Este año, la polémica continuó en torno al nombre del escritor mexicano Juan Rulfo, el cual fue quitado en 2006 del premio que se otorga en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara a petición de su familia. En 2007, el ganador Fernando del Paso debió conformarse con obtener el premio FIL, sin recordar al autor de El Llano en Llamas, pues la disputa con autoridades culturales mexicanas continuó sin solución, a pesar de que en junio pasado el nombre había quedado libre de toda de toda denominación como marca registrada.
Elena Poniatowska también fue galardonada en agosto pasado en la XV versión del Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos por su obra El Tren Pasó Primero, que la hizo merecedora de una medalla de oro y un premio de 100 mil dólares, entregado por el gobierno venezolano.
En el terreno internacional, el Premio Nóbel de Literatura 2007 recayó en la escritora británica Doris Lessing, mientras que el poeta de origen argentino, pero radicado en México desde hace varios años Juan Gelman, fue nombrado como Premio Cervantes de Literatura por el gobierno español. Al brío de los festejos se sucedieron los desangelados números que año con año marcan las encuestas y reportes sobre los hábitos de lectura de los mexicanos, y que en esta ocasión no fue la excepción.
Por otra parte, tanto las letras nacionales como las internacionales se tiñeron de negro este año con la desaparición de importantes figuras como el ensayista y escritor mexicano José Luis Martínez, fallecido en marzo pasado; así como la narradora Julieta Campos, acaecida en septiembre.
A nivel internacional, la literatura mundial lloró la muerte del periodista y escritor polaco Ryszard Kapuscinski, fallecido apenas iniciado el año, el 24 de enero; mientras que el diez de noviembre del año que concluye dejó de existir el estadounidense Norman Mailer, considerada una de las mejores plumas de los últimos tiempos.