En la Congregación Guadalupana del Corazón Eucarístico, Mariana ha recibido amor y todos los cuidados de una familia. En este lugar, las niñas cuentan con alimento y se les brinda educación. Desde los cuatro meses de edad, la pequeña Mariana llegó a la Casa Hogar Juan Pablo II.
Una pequeña llena de valores a la que le gustaría ser religiosa
El Siglo de Durango
La tragedia no ha marcado su vida; es una pequeña con espíritu y voluntad de hierra, a pesar de haber sido víctima de abandono a muy corta edad, Mariana, una niña duranguense de escasos seis años, ha encontrado la felicidad y una verdadera familia en la Casa Hogar para Niñas Juan Pablo ll.
Ha sabido vencer el dolor y tiene una vida como cualquier niña de su edad, a pesar de no contar con una familia verdadera y como cualquier niña, su más reciente travesura fue haberse jalado un diente para que le trajera una moneda el ratón.
Desde los cuatro meses de nacida fue rescatada por las religiosas de la Casa Hogar Juan Pablo II, y desde entonces ha recibido todos los cuidados en este centro donde se atiende en la actualidad a 50 niñas.
El no contar con familiares cercanos no ha impedido a la pequeña Mariana llevar una vida normal como cualquier persona de su edad, por lo cual asiste a la escuela Francisco Villa que se ubica en la colonia Lucio Cabañas y en la que tiene amigas con las que comparte juegos.
En la Congregación Guadalupana del Corazón Eucarístico, fundadora de la Casa Hogar para Niñas Juan Pablo II, ha encontrado a una familia que se preocupa por su bienestar y por vigilar que tenga un desarrollo pleno.
Un lugar que se ubica en la ciudad de Durango, a tan sólo unos minutos del Centro Histórico y en el cual se respira tranquilidad; es ahí donde Mariana, al igual que otras niñas, ha encontrado el hogar propicio para vivir y donde se le dan todas las facilidades para estudiar.
Entre los pasatiempos de esta menor están la lectura y jugar con sus amigas Ana y Gaby, así como ayudar a algunas tareas propias de este centro.
Ella, al igual que otras niños, ingresó a este lugar a través del Programa de Atención a Menores y Adolescentes en Riesgo (PAMAR) del DIF Estatal Durango y en el cual a través de trabajadoras sociales y el Departamento Jurídico se les busca un lugar a los menores que no cuentan con familiares y que estén en situaciones de riesgo.
Uno de los recuerdos que la niña guarda en su memoria en el reciente viaje que realizó al municipio de Fresnillo, Zacatecas -donde tuvo la oportunidad de visitar al Santo Niño de Atocha, santo milagroso que de acuerdo con la religión católica es quien cuida y protege a los niños- fueron los juguetes que se ofertan en este lugar, y que durante el paseo pudo observar una gran cantidad de visitantes de varias partes de la República Mexicana.
María de la Luz Reyes Soto, fundadora de esta congregación, informó que de las niñas que se encuentran dentro de esta casa, algunas no tienen un hogar y la gran mayoría son hijas de familias que no cuentan con los recursos económicos para su manutención, motivo por el que durante la semana están internadas en este lugar, mientras que los sábados y domingos retornan para continuar con su formación.
Al referirse a Mariana, la directora de esta casa señala que es una niña educada y con valores, quien aparte de estudiar y jugar realiza actividades de acuerdo con su edad, como ayudar en algunas tareas que realizan las madres, como acomodar la ropa.
Desde hace 15 años, la Casa Juan Pablo II no es la misma, ha sufrido algunas modificaciones y en este momento son ocho niñas las que no cuentan con familiares, estudian desde preescolar hasta bachillerato.
Una de las mayores satisfacciones de esta congregación es haber tenido bajo su cuidado a Josefa, una joven de 20 años de edad que llegó a los cuatro años, y que aparte de desempeñarse como secretaria es estudiante de la Escuela de Psicología de la Universidad Juárez del Estado de Durango.
La pequeña Mariana, que cursa el primer año de primaria, con una amplia sonrisa, al ser cuestionada sobre lo que le gustaría ser de grande, dijo que religiosa, al igual que las personas que se han dedicado a cuidarla antes de que cumpliera un año de edad, así como continuar preparándose y estar junto con sus amiguitas de la Casa Juan Pablo II y de la escuela a la que asiste.
Datos
Nombre: Mariana Torres.
Edad: seis años.
Amigas: Ana y Gaby.
Estudia: primer año en la escuela primaria Francisco Villa.
Pasatiempo: Leer y jugar con sus amigas.
NUMERALIA
Atención
Las niñas que se encuentran en la Casa Hogar cursan sus estudios en educación básica:
50 menores
se encuentran en este lugar
8 niñas
no tienen algún familiar
42 infantes
tienen algún pariente
FUENTE: Investigación de El Siglo de Durango.