¿Porque en México fracasan la mayoría de los negocios? A veces lo tenemos frente a nuestra nariz, y por eso no lo vemos.
Me sucedió la semana pasada. El miércoles estuve comiendo con un viejo amigo. Solíamos trabajar juntos en la reestructuración financiera de algunas empresas tapatías, en los días posteriores a la famosa devaluación del “error de diciembre”. Banquero de inversión dedicado a desarrollar negocios de base tecnológica, una vez que nos alegramos con los recuerdos mutuos, me lanzo esa pregunta…
Tres días después estoy en Saltillo. Ceno con otro amigo, socio de un despacho especialista en la ardua tarea de profesionalizar empresas familiares. Y nos brinca la misma pregunta: ¿Por qué en México fracasan la mayoría de los negocios?
Repasamos las respuestas tradicionales, que el gobierno debiera apoyar más a las Pymes, que es difícil hacer negocio en un país donde la mitad de la población es pobre, que la competencia global es sumamente agresiva, que los bancos debieran prestar más; y una larga lista de etcéteras. Todas las respuestas son correctas, pero no son la causa raíz. Esa causa que por ser tan evidente solemos obviar.
La mayoría fracasan porque nadie nace siendo empresario, y casi siempre ante la oportunidad, necesidad, urgencia, o ambición por hacer un negocio, asignamos poco tiempo para allegar conocimientos necesarios para hacerlo, y hacerlo bien.
Es como entrar a una avenida en horas de máximo trafico vehicular., No solo basta con que alguien haya aprendido a conducir para no sufrir algún accidente, también necesita que los demás conductores lo hagan bien. Creo que la probabilidad de hacer buenos negocios aumentaría exponencialmente si mas personas aprendiéramos los fundamentos a nuestro favor. Lo dijo Gabriel Zaid: Hacen falta empresarios creadores de empresarios.
Ya hay muchos accidentes en el mundo empresarial. Y en una economía post-empleo, donde cada vez más personas deberán emprender para sobrevivir y prosperar, deseo poner mi grano de arena, mediante diversas colaboraciones tituladas Escuela de Empresarios. Usted encontrara pistas, conceptos, guías, y puntos de vista que podrían serle útiles para crear su propio negocio y para fortalecer sus habilidades como emprendedor-empresario.
Para empezar, conviene conocer las diferencias entre el negocio, la empresa, y la organización. No son lo mismo, y requieren habilidades distintas.
El NEGOCIO es el intercambio de valor, hacemos negocio cuando intercambiamos algo con alguien que desea pagar por tenerlo, y cuando la cantidad pagada es mas valiosa para nosotros que el bien que entregamos. Quien compra una camisa de 15 dólares, valora más la camisa que sus 15 dólares, quien la vende, valora más los quince dólares que la camisa. Nadie obliga a nadie, y así ambos hacen un negocio.
Hacer negocios requiere aguzar la llamada “Astucia de Negocios”, detectar que quieren las personas y crear la manera más cómoda y rentable para entregarlo. Por ejemplo, dos personas pueden ver el mismo basurero; mientras que alguna se quejara del paisaje, otra buscará la posibilidad de cobrar por limpiarlo, clasificará los materiales que obtuvo gratis; y además, encontrará quien pague por ellos. Este es solo un ejemplo, también hace negocio quien compra un carro seminuevo de oportunidad, lo pinta, y lo vende a plazos con alguna utilidad; o quien crea un buen personaje cómico a partir de sus talentos actorales, y poco después vende sus actuaciones.
La EMPRESA difiere del simple negocio, porque la empresa es un “sistema empresarial” cuya función es hacer el negocio recurrente, (muchas veces), económico, (posible y rentable cada vez, y todas las veces) y escalable, (mas grande y en mas lugares).
Nuestro amigo actor cómico necesita tener, o contratar, la habilidad para gestionar un sistema de negocios que le promueva, que redacte sus acuerdos legales, que negocie con empresarios del espectáculo, o que lance y comercialice una línea de souvenirs con su imagen. Así también, nuestro amigo que vende seminuevos necesita perfeccionar habilidades para dirigir uno o varios lotes de autos, incluso en varias ciudades. Para crear y dirigir el sistema empresarial, es indispensable hacer algo llamado “Gestión Empresarial”, que incluye los conocimientos básicos en ventas y mercados; contabilidad y finanzas; operaciones y tecnologías, entre otros.
La ORGANIZACIÓN son las personas que trabajan “para” (dentro, pero también fuera) el sistema empresarial que hace el negocio. Son los empleados, los directivos, los accionistas, los proveedores, los asociados, los financistas, y obviamente los clientes. Sin el compromiso de cualquiera de estos grupos el negocio no existe, y la empresa que lo hace, pierde su razón de ser.
Como tratamos con seres humanos, dirigir organizaciones requiere algo llamado “Habilidad para las relaciones humanas”. Quizás una de las más importantes, sea la de Liderazgo. Tener la capacidad de crear y comunicar la pasión por esa visión de futuro, que conjunta los intereses y provoca la acción de personas distintas para lograr metas comunes.
¿Difícil ser perfecto para todo? Opino que resulta imposible, estos no son tiempos para los negocios del Llanero Solitario. Estimado lector, me encantaría recibir sus sugerencias sobre los temas que considere útil aparecieran aquí, en la Escuela de Empresarios.
Heriberto Ramos Hernández
haramos67@hotmail.com