El obispo de Torreón, José Guadalupe Galván Galindo, agrega la esencia de nardos al Santo Crisma durante los oficios religiosos del Jueves Santo en la Catedral de Nuestra Señora del Carmen. (Fotografía Ramón Sotomayor)
EL SIGLO DE TORREÓN
Durante la celebración del Santo Crisma, presidida ayer por el Obispo de la Diócesis de Torreón, José Guadalupe Galván Galindo, más de 100 párrocos, que integran el presbiterio regional, renovaron sus votos sacerdotales.
“Nuestro Señor en la cena Pascual nos regaló la Eucaristía y el sacerdocio”, dijo el Obispo, “es un signo de unidad, nos estamos preparando para conmemorar el Jubileo de Oro el próximo 19 de abril, de los 50 años de la Diócesis”.
De esta forma, la comunidad católica se preparó para la celebración de lo que se conoce como el triduo pascual de la muerte, sepultura y resurrección de Jesús, que a su vez tiene como preámbulo el Jueves Santo, día en que sólo el Obispo celebra la Eucaristía con todos los sacerdotes de la Diócesis que renuevan sus compromisos sacerdotales, al mismo tiempo que bendicen los óleos con los cuáles van a celebrar los sacramentos a lo largo del año. Esta ceremonia es conocida como la Misa del Santo Crisma.
Por la tarde, todas las parroquias celebraron la misa vespertina de la última cena en la que Jesús instituyó la Eucaristía, el sacerdocio y el mandamiento del amor. Aquí la Iglesia revive el gesto que simboliza el amor y espíritu de servicio para con el prójimo, cuando Jesucristo lavó los pies de los apóstoles.
Tras la misa de la última cena, los fieles hicieron la visita de los siete templos. Hoy Viernes Santo se recuerda la Pasión y muerte de Jesucristo. Por la mañana, con los viacrucis que se realizan en diferentes parroquias de la Comarca Lagunera y por la tarde, con las ceremonias propias de la Pasión y muerte de Cristo. A las ocho de la noche, se realizará la procesión del silencio, que partirá del crucero de bulevar Independencia y Colón hacia la Catedral de Nuestra Señora del Carmen, siendo ésta una peregrinación que representa el acompañamiento a la Virgen María en su dolor.