La educación ha sido desde hace mucho tiempo la gran apuesta de muchos países para alcanzar el desarrollo. Sin embargo, en México el atraso en materia educativa es evidente y preocupante.
Desde la primaria hasta la universidad, las fallas son muchas. Algunas voces las atribuyen a modelos obsoletos, otras al sindicalismo y algunas más a la falta de infraestructura.
Mientras el mundo globalizado demanda profesionistas altamente productivos y competitivos acorde a la era del conocimiento, el modelo educativo en México sigue apostando a la memorización de datos y no a la capacidad de razonamiento para resolver problemas.
El tema del rezago educativo fue analizado el pasado sábado en el programa Contextos del Grupo Radio Estéreo Mayrán donde tengo la oportunidad de colaborar. Como invitados al programa estuvieron Gerardo Alba Castillo, secretario general de la Sección 35 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Humberto Viesca, dirigente de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación y Francisco López quien tiene un doctorado en Educación.
Juan Ceballos inició la mesa de análisis preguntando sobre el papel que está jugando el sindicato magisterial para mejorar el nivel de educación en México.
El primero en contestar la pregunta fue Alba Castillo, quien dijo que el sindicato estaba comprometido con la educación. Habló de las propuestas que los maestros han realizado en congresos nacionales, al tiempo que mencionaba los logros sindicales. También dijo que los maestros reconocen sus fallas y están abiertos a las críticas. En esta primera intervención Alba Castillo poco se refirió al modelo educativo, nunca dijo cuáles eran sus principales deficiencias y mucho menos cómo se estaban preparando para enfrentar los retos propios de la globalización. Mejor abordó el tema de la necesidad de salarios más justos y del trabajo sindical.
Fue entonces el turno de Humberto Viesca quien comenzó su participación criticando a la líder del SNTE, Elba Esther Gordillo, aseverando que en el interior del sindicato no existía la democracia. Afirmó que las plazas se heredaban, que la única posibilidad que tenía un maestro de obtener un mejor sueldo era entrándole a la grilla y poco importaba que fuera un excelente docente.
Viesca aseguró que ellos en la Coordinadora sí eran democráticos, que ellos sí estaban preocupados por la educación, aunque nunca se refirió tampoco a la necesidad de modificar el modelo educativo. Sin soltar el micrófono comenzó a decir que Alba Castillo era prueba de que en el SNTE no existía la democracia, que ya tenía mucho tiempo de líder gracias a su relación con la maestra Gordillo… ¿y el problema educativo en México?, bien gracias.
Obviamente Alba Castillo no se iba a quedar callado y a pesar que le tocaba el turno de hablar a Francisco López, el líder de la Sección 35 comenzó a defenderse. Que si él era un líder comprometido, que si él tenía mucho tiempo al frente del Sindicato, Humberto Viesca llevaba más tiempo de líder de la Coordinadora; obviamente Viesca se justificó al decir que si seguía de líder era por que sus agremiados lo reelegían.
Aproximadamente por diez minutos los líderes de los maestros aprovecharon los micrófonos para hacer grilla y lanzarse ataques mutuos.
En esos pocos minutos, que me parecieron eternos, me quedó claro por qué no avanzamos en educación. Y es que los líderes de los maestros están más preocupados por hacer grilla, por tener derecho a un año sabático, por cobrar como maestros sin dar clases. Alba Castillo reconoció que la última vez que dio clases fue hace más de diez años, impartiendo un curso de capacitación a maestros, sin embargo tiene su plaza y cobra por ella.
Tanto Alba Castillo como Humberto Viesca participaron en las pasadas elecciones como candidatos a diputados. El líder del SNTE compitió bajo las siglas del PRI por el Distrito 05 de Coahuila, mientras que Humberto Viesca por el Distrito 02 de Durango abanderando al PRD.
Las exposiciones de ambos líderes sindicales en Contextos me enojaron, no en forma personal, a ambos los respeto. Pero me molestó comprobar nuevamente esa mala virtud que tenemos los mexicanos de perder el tiempo en tonterías y no lograr acuerdos en temas coyunturales para el progreso de la sociedad.
La clase política nos da prueba de esto todos los días. A nivel local el gobernador Humberto Moreira, los empresarios y el alcalde, José Ángel Pérez, no logran ponerse de acuerdo sobre qué obras se van a realizar con los recursos del Impuesto Sobre Nómina. Mientras el gobernador quiere obras de infraestructura, José Ángel Pérez quiere parques. El tiempo corre y las obras no llegan.
Es necesario que la clase política del país, así como los líderes sociales dejen de perder el tiempo en intereses partidistas o grupales y nos enfoquemos a realizar las reformas que el país necesita para alcanzar el desarrollo.
La reforma educativa es una de las más urgentes. El plan de estudios data de hace más de diez años. Los principales problemas que se enfrentan en la educación básica en México son en las materias de matemáticas, lecto-escritura, español y enseñanza de las ciencias. Y a pesar que existe conciencia del problema, muy poco se hace para resolverlo.
Mañana es el Día del Maestro, el cual se celebrará con el tradicional “puente”, pero más allá de la crítica es un buen pretexto para los actores involucrados en el proceso educativo que reflexionen sobre la imperiosa necesidad de apostarle al conocimiento.
Hoy en día el maestro no debe ser ya un simple transmisor de conocimientos, por el contrario está obligado al despertar el pensamiento. El docente debe dedicar más tiempo y energía a las actividades productivas y creadoras: interacción, discusión, animación, comprensión y estímulo. La gran pregunta es si tendremos la capacidad y voluntad de hacerlo o preferiremos seguir debates estériles que poco aportan al desarrollo.
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