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Más que una representación

Jesús García Hernández lleva 35 años representando a Jesús de Nazaret. (Fotografía de Ángel Padilla)


Manuel Mario Enrique Torres Lugo representará por primera vez al Nazareno. (Fotografía de Érick Sotomayor)


Juan Carlos Hernández Navarro lleva siete años representando a Jesús. (Fotografía de Ramón Sotomayor)

Jesús García Hernández lleva 35 años representando a Jesús de Nazaret. (Fotografía de Ángel Padilla) Manuel Mario Enrique Torres Lugo representará por primera vez al Nazareno. (Fotografía de Érick Sotomayor) Juan Carlos Hernández Navarro lleva siete años representando a Jesús. (Fotografía de Ramón Sotomayor)

Diana González

En el cuerpo han sentido los azotes, el cansancio, la insolación. Camino al calvario, el sudor es real, escurre por su frente y por las sienes mientras visten paralelos a una época que dividió la historia en antes y después. Su mente se abstrae en el sufrimiento del hijo de Dios, a veces en el propio también. Transmutan. Jesús García, Manuel Mario y Juan Carlos están listos para “morir en la cruz” mañana

El Siglo de Torreón

‘Otra vez Padre voy pa’rriba’

Torreón Coah.- Desde hace varias semanas dejó de cargar ladrillos para poder cargar la cruz de más de 50 kilos en el vía crucis en el Cerro de las Noas. Cada año, el aspecto desaliñado de este albañil -quien, reconoce, suele provocar desconfianza- le sirve paradójicamente para caracterizarse como Cristo.

Jesús García Hernández lleva 35 años representando a Jesús de Nazaret, empezó cuando tenía 17 años motivado por una ilusión de juventud, en ese tiempo estaba interesado en obtener el amor de la joven que representaría a María.

Desde entonces, cuando se aproxima la fecha, practica, regularmente solo, los diálogos que ya se sabe de memoria, pues llega con una semana de anticipación que aprovecha para ensayar con los demás participantes. El cabello no es problema, pues siempre lo ha tenido largo y la barba la deja crecer con seis meses de anticipación. La gente da por hecho que participará en el vía crucis como cada año.

“Desde donde esté, ya sea Juárez o Sinaloa, me vengo”, dice Jesús, quien radica con su familia en la colonia San Joaquín de Torreón, justo frente a las vías del ferrocarril que colindan con la colonia Jacobo Meyer. Suele estar fuera de la ciudad en busca de trabajo.

A pesar de que admite no ser muy devoto a la hora de cumplir con los designios de la fe católica, asegura que le han pasado cosas sorprendentes... “milagrosas”, pues incluso los dolores musculares que padece desde hace años a causa de su trabajo, “desaparecen tres días antes” de su participación.

“Una vez tuve un dolor insoportable, pero se me quitó de repente, mi Dios tiene sus dones, devoto a la iglesia no soy, soy muy humano, pero sí tomo en serio mi papel, yo sé que hay gente mejor preparada que yo”, señala Jesús, quien reconoce que en ocasiones no se siente digno de hacerlo.

Por su calle todos lo conocen y soporta las bromas que los más jóvenes del barrio le hacen. “Los vecinos me gritan ‘¡ese Cristo marihuano!’, por algo será”, afirma entre risas. Su familia, integrada por su mujer, seis hijos y nueve nietos lo apoyan. “Los más chiquitos me preguntan que si su papá Jesús es Diosito y yo les digo que es puro diablo”, comenta su esposa.

Cada año parte de la capilla Cristo Rey y descalzo sube el Cerro de las Noas en la procesión donde más de 40 actores participan y se reúnen miles de fieles. “Tengo sangre de indio o de burro, de calarme sí me calan los pies, pero no me ampollo, aguanto mucho porque a veces me voy hasta el centro caminando para no pagar pasaje, me gusta caminar”.

Mientras escala bajo el sol incandescente minutos antes del medio día, son varios los pensamientos que cada año invaden su mente al recibir los azotes que rompen su vestuario, en ocasiones hasta su piel. “Digo ‘otra vez Padre voy pa’rriba’, pienso en todo lo que soy, en lo que he sido, me acuerdo de todo lo que he hecho, cosas buenas y malas”, platica Jesús mientras sus casi inexpresivos ojos comienzan a brillar lo suficiente para que una lágrima sea perceptible en el interior de su casa que carece de luz. Se encuentra más que listo para cargar su cruz.

‘Más que físico, es un trabajo mental’

Gómez Palacio, Dgo.- En la ciudad de Gómez Palacio, desde hace cuarenta años los habitantes de la colonia Santa Rosa de Lima realizan la representación del “camino a la cruz” que de manera acostumbrada culmina en entre las calles Auza y Zarco frente a la parroquia del mismo nombre.

Este año será la primera vez que Manuel Mario Enrique Torres Lugo, de 18 años, represente al Nazareno. Originario de Mapimí, ha participado durante cinco años en el vía crucis de dicha ciudad, en otros papeles. Para esta ocasión ha ensayado de lunes a miércoles en horario de ocho a nueve y media de la noche en compañía del grupo de la parroquia.

El ambiente es relajado, tiene un coordinador y por ahora enfoca su atención a las líneas que año con año repiten quienes participan para evocar la Pasión de Cristo entre los gomezpalatinos. Manuel se muestra emocionado y aunque se sabe joven, espera realizar dignamente la encomienda.

Sin embargo, a pesar de que será la primera vez que represente a Cristo, asegura no sentirse nervioso porque ha participado desde que tenía 13 años de edad, no obstante se siente ansioso. Junto a los otros 44 participantes ha ensayado mucho, incluso se reúne en casa de alguno de los otros actores para que todo resulte bien teniendo como ventaja el saber con anterioridad los diálogos.

“Más que físico es un trabajo mental porque es un papel para el que se necesita responsabilidad, dedicación, ganas de hacerlo y sobre todo apreciarlo, es la emoción de tratar de sentir, aunque sea un poco, lo que sintió Cristo lo que nos hace estar ahí, por ejemplo, los golpes son de verdad, para mí es una experiencia muy bonita”, dice Manuel, quien para ese día usará barba y peluca.

Durante los ensayos, señala, le ha pasado de todo pero principalmente caídas mientras carga la cruz, nada que a su ver no justifique el llevar “el mensaje de Cristo”, pues el de Santa Rosa es el vía crucis más visto en esta ciudad y al que acude la mayoría formando verdaderos ríos de gente en sus calles.

“Lo más importante es realizar el papel lo más natural que se pueda, sentirlo y transmitírselo a la gente para que entiendan el mensaje”, dice el estudiante de Derecho, quien afirma que es importante que los jóvenes se acerquen a la iglesia.

Manuel permanece la mayor parte del tiempo en Gómez Palacio debido a sus estudios, visita a su familia únicamente los fines de semana. “Mi novia también es de aquí, de hecho ella me presentó a los del grupo, la representación del vía crucis es un trabajo que se hace únicamente en equipo”.

Para continuar con esta tradición de la fe católica, el joven pide mayor tolerancia: “Regularmente la mayoría participa pero hay personas que tienen creencias diferentes a las de nosotros, sólo les pedimos respeto”.

‘Emocionalmente y físicamente es agotador’

Cd. Lerdo.- Juan Carlos Hernández Navarro, de Ciudad Lerdo, lleva siete años caracterizándose para representar el mismo papel, el más importante. Comenzó a los 21 años. Para ello se prepara mediante ensayos durante la Cuaresma, hace ejercicio e incluso lleva una dieta alta en fibra; pero sobre todo, ora.

“Se debe estar tranquilo consigo mismo, es una satisfacción muy grande representar a nuestro señor Jesucristo, aunque emocionalmente y físicamente es agotador”, dice Juan Carlos, quien admite que uno de los mayores retos y compromisos de cada año es ofrecer los elementos suficientes para que sea lo más parecido a la realidad y así mantener e incrementar el interés de los presentes.

Junto a 32 actores, Juan, quien trabaja como vendedor, se prepara por las noches ensayando con los grupos de la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús. Durante 20 años en Lerdo se ha seguido esta tradición.

El diálogo de 33 páginas que Juan sabe a la perfección no es su único orgullo, pues asegura que en Lerdo se realiza el único vía crucis, a diferencia de las otras ciudades, donde todos los personajes saben de memoria todas sus intervenciones y no se lee ninguno de los argumentos.

“Utilizamos equipo, hacemos nuestro mejor esfuerzo porque cada año salga mejor, incluimos personajes; a veces, por ejemplo, desde el año pasado metimos al Diablo. Sí me han llegado a decir que para qué participo, pero pienso: bueno, si no me paro en la iglesia en todo el año, voy a hacer el sacrificio”.

Para Juan Carlos las túnicas, las flagelaciones y la corona de espinas que él mismo diseña son tan reales como la Pasión de Cristo que año tras año representa en la plaza principal: “Se está perdiendo el valor religioso, mucha gente se va a vacacionar en esos tres días que son los más importantes del calendario litúrgico, la Pasión, Muerte y Resurrección, es importante acercarnos a la iglesia, ahora se ven más cosas raras en la Laguna, espero que el vía crucis motive un poco”.

En estos siete años han pasado algunas cosas y a pesar de que el vía crucis es planeado con sumo cuidado en veces algún detalle escapa. En una ocasión, en la ceremonia del Lavatorio de Pies, se presentaron situaciones imprevistas: no había agua en la vasija y curiosamente en la parte final fueron 13 y no 12 apóstoles. “Me saqué de onda porque me faltó pan”. Otra vez faltaron soldados y los presentes ayudaron a levantar la cruz ante el riesgo de que los pocos que había no pudieran con el peso “ni las manos hubiera podido meter”, dice.

Los cristos “de carne y hueso” con experiencia indican que el objetivo para este año es satisfacer las expectativas de la ciudadanía, llevar correctamente el mensaje y hacer una digna representación asegurando que por instantes la concentración es tal que durante las representaciones no se escucha el ruido de la gente, sobre todo en el momento de la crucifixión.

El vía crucis

Vía crucis son dos palabras latinas cuyo significado podría traducirse como “camino de la cruz”. Los precedentes del vía crucis datan de los primeros siglos del cristianismo, de la piadosa compasión con que los cristianos primitivos veneraban los pasos de la Vía Dolorosa. La española Silvia Eteria, peregrinó a Tierra Santa en el siglo IV. Y en su peregrinatio describe el ejercicio piadoso de los cristianos de Jerusalén, recorriendo durante la Semana Santa el camino del Calvario.

La célebre peregrina Eteria, por ejemplo, da una relación de los actos que se celebraban en Jerusalén en la Semana Santa en los distintos lugares relacionados con la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo.

Los franciscanos contribuyeron mucho a extender y propagar esta devoción, aún no muy bien definida, sobre todo cuando en el siglo XIV se les concedió la custodia de los Santos Lugares y fueron ellos los que establecieron que serían 14 estaciones que son:

I.- Jesús es condenado a muerte.

II.- Jesús carga con la cruz.

III.- Jesús cae por primera vez.

IV.- Jesús encuentra a su Santísima Madre.

V.- Simón el Cirineo le ayuda a llevar la cruz.

VI.- La Verónica limpia el rostro de Jesús.

VII.- Jesús cae por segunda vez.

VIII.- Las mujeres de Jerusalén lloran por Jesús.

IX.- Jesús cae por tercera vez.

X.- Jesús es despojado de sus vestiduras.

XI.- Jesús es clavado en la cruz.

XII.- Jesús muere en la cruz.

XIII.- El cuerpo de Jesús es bajado de la cruz.

XIV.- El cuerpo de Jesús es colocado en el sepulcro.

Las escenas o «estaciones» directamente descritas en los Evangelios son las siguientes:

· Primera: en Mt 27,1-31; Mc 15,120; Lc 23,1-25; Jn 18,28-40 y 19,1-16.

· Segunda: en Jn 19,17.

· Quinta: en Mt 27,32; Mc 15,21 y Lc 23,26.

· Octava: en Lc 23,27-32.

· Décima: en Mt 27,35; Mc 15,24; Lc 23,34 y Jn 19,23-24.

· Undécima: en Mt 27-25 s.; Mc 15,24 s.; Lc 23,33 s. y Jn 19,18.

· Duodécima: en Mt 27,50-51; Mc 15,37; Lc 23,46 y Jn 19,30-33.

· Decimotercera: en Mt 27,57-59; Mc 15,42-45 y Lc 23,50-53.

· Decimocuarta: en Mt 27,55-61; Mc 15, 42-47; Lc 23,50-55 y Jn 19,38-42.

Las otras estaciones –tercera, cuarta, sexta, séptima, novena– que ha añadido la tradición piadosa de los cristianos están relacionadas o deducidas de la descripción que los evangelistas hacen del camino que recorrió Jesús hacia el Calvario. Son posibles las caídas –estaciones 3ª, 7ª y 9ª, debido al agotamiento del Huerto, de los interrogatorios y sobre todo de las vejaciones –azotes, espinas– y episodios que acompañaron al arresto.

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Escrito en: Semana Santa

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