Un joven de 32 años fue acuchillado por su propia pareja, al parecer por que éste intentó ahorcarla primero.
Una mujer mató de una cuchillada a su concubino al parecer porque era alcohólico y continuamente la agredía física y verbalmente; la misma fémina fue quien llevó a su pareja a recibir atención médica al puesto de socorro de la Cruz Roja pero el sujeto ya había perdido todo signo vital y ésta, para evadir su responsabilidad, les dijo a los agentes investigadores que en la calle lo habían navajeado y que desconocía al asesino, informó la Procuraduría General de Justicia del Estado.
Liliana Ramírez González, de 36 años, con domicilio en calle Cenote de Valladolid, número 136, de la colonia Azcapotzalco, asesinó de una puñalada en el tórax a Miguel Ávila Tovar, de 32, con quien hacía vida marital desde hace siete años.
Los paramédicos de la Cruz Roja reportaron que Miguel había sido trasladado al puesto de socorro de esa institución por su pareja Liliana, pero que cuando apenas le iban a proporcionar los primeros auxilios el sujeto murió.
Los agentes de la Dirección Estatal de Investigación (DEI), al enterarse del deceso, declararon a Liliana y ésta para evadir su responsabilidad dijo que su concubino llegó a la casa ya herido y que ella sólo lo trasladó a recibir atención médica; sin embargo, después de que se llevaron a cabo las indagaciones correspondientes se supo que la mujer fue quien lo asesinó.
Después de varias horas, Liliana al sentirse descubierta por los policías no tuvo más remedio que confesar su crimen, argumentando que el hoy occiso llegó a la casa y trató de ahorcarla y ella en su desesperación y su instinto de defensa tomó un cuchillo y se lo enterró a la altura del corazón.
La mujer, quien se dedica a la venta de churros en la vía pública, fue detenida por los agentes de la DEI por la presunta comisión del delito de homicidio y tras integrar la averiguación previa correspondiente se consignará ante el Juez del Ramo Penal.
Muere sujeto baleado en Arroyo Seco
Después de cinco días de agonía, dejó de existir Bernardino Dorado Núñez, de 30 años, quien recibió un balazo en la frente a manos del aún prófugo de la justicia su vecino Diego Jara Lozario, de 18 años, producto de añejas rencillas entre sus respectivas familias.
El pasado 12 de junio, Diego desde la azotea de su casa le disparó a Bernardino al parecer porque desde hace muchos años sus familias mantienen pleitos constantes; inclusive, días atrás los mencionados habían tenido un altercado. Sin embargo, aunque dieron parte a la autoridad, nunca se aparecieron los policías para poner paz.
El hoy occiso, quien tenía su domicilio en calle Valentín Gómez Farías de la colonia Arroyo Seco, duró cinco días en el Hospital General donde estuvo recibiendo atención médica; sin embargo, la lesión diagnosticada como grave le impidió que siguiera viviendo.