Especialistas de México reinventaron las fibras que se utilizan en los chalecos antibalas, ya que idearon una fibra denominada Kevlar, que es un polímero más resistente que el acero.
Científicos mexicanos desarrollaron y mejoraron las fibras que se usan en los chalecos antibalas para mejorar la seguridad de la policía en la lucha contra el crimen organizado, informó una fuente oficial.
El director del Centro de Física Aplicada y Tecnología Avanzada (CFATA), Víctor Castaño, dijo que esta tecnología es cien por ciento mexicana y supera los equipos producidos en Israel, Japón y Alemania, naciones líderes en la fabricación de los chalecos antibalas.
El Centro dependiente de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y con sede en Querétaro, produce los chalecos con el apoyo de una empresa privada española, explicó Castaño.
El especialista añadió que la fibra denominada Kevlar es un polímero más resistente que el acero, y que actualmente se aplica en diversos productos, como chalecos y cascos antibalas, cables ópticos, cordones para escalar, neumáticos, partes para aviones, canoas, raquetas de tenis y otras más.
Añadió que esta fibra permite reducir el costo económico de estos chalecos, su peso es menor a los actuales chalecos, es más flexible y facilita el movimiento de quien lo porta.
Dijo que un chaleco vale hasta mil dólares y con la nueva invención, el precio de mercado puede ser de 600 dólares.
"Un chaleco deja de funcionar porque la fibra Kevlar se va degradando (...) nuestra contribución fue modificar químicamente la fibra para aumentar su durabilidad, que sea menos reactiva e inmune a los hongos del sudor humano, la temperatura y la humedad, que son los factores que alteran su composición y la vulneran", comentó.
Con el chaleco mexicano el policía podrá voltear hacia donde desee porque es menos rígido que los que hay actualmente en el mercado, aseguró.
Agregó que esta tecnología restringida actualmente a usos militares, también puede emplearse en la industria en guantes de protección y en el hogar, para evitar cortaduras.
Agregó que para este trabajo de investigación se contó con la participación de la empresa española Parafly que ya empezó la distribución a la policía de España y Holanda, y se encuentran en pláticas con Alemania y Bélgica.
En México, estados del centro como Aguascalientes y Querétaro, además de la Policía Bancaria e Industrial, establecieron acuerdos para adquirir los equipos este mismo año e incorporarlos a sus cuerpos policiales.
Dijo que el negocio de la seguridad tiende a incrementarse sobre todo por los gastos militares y puso como ejemplo el que los soldados estadounidenses en Irak deben cambiar sus chalecos cada tres meses, lo que ha implicado gastos multimillonarios al gobierno de ese país, de ahí la importancia de reducir costos.
Aseguró que Japón creó a principios del 2000 un chaleco con características similares al que presenta México pero terminó degradándose en menos tiempo, pues el material con el que lo fabricaron no resistió las condiciones ambientales ni los rayos ultravioleta del sol.