Calais, Francia.- La nadadora mexicana Raquel Márquez se convirtió en la segunda mujer en completar el cruce del Canal de la Mancha en nado de dorso, al cubrir los 32 kilómetros que separan las costas de Dover, Inglaterra, y Calais, Francia, en 16 horas con seis minutos.
La única nadadora que tenía esa hazaña era la estadounidense Tina Neill, quien empleó 13 horas, 22 minutos y 28 segundos en la travesía entre las costas inglesa y francesa, marca que esperaba reducir la deportista mexicana.
Márquez inició su aventura en Dover en punto de las nueve de la noche del 31 de julio, tiempo de Inglaterra, y arribó a las costas galas tras poco más de 16 horas de esfuerzo, luego de haber tenido que lidiar con la fuerte corriente de las aguas que dividen las costas británicas y francesas.
De acuerdo con las primeras versiones, la nadadora capitalina de 35 años de edad, quien trabaja como maestra de inglés en la Universidad Nacional Autónoma de México, empleó más tiempo del contemplado debido a que se desvió mucho de la ruta original.
Por ello la mexicana debió nadar cerca de 50 kilómetros, es decir, 18 kilómetros más de lo que es la travesía en línea recta por lo que al concluir su hazaña fue llevada a un hospital para ser atendida por el esfuerzo.
Así, Raquel Márquez une su nombre a los de Nora Toledano, Patricia Guerra, Laura Vaca y Hellen Plaschinski, en la rama femenil, así como al de Salomón Jauli, en la varonil, entre otros deportistas que han logrado esta proeza, ya sea de manera individual o en equipo.
La especialista en aguas abiertas dijo estar contenta por haber conseguido el reto y además ser la segunda mujer en tener una travesía de este tipo, lo cual la llena de orgullo a pesar de las condiciones adversas a las que se enfrentó. “Valió la pena, soy la segunda mujer en cruzar en dorso. Me encuentro contenta a pesar de que iba por el tiempo, pero las condiciones no me dejaron y me propuse cruzarlo, no me importaba si fueron más de 30 horas, el caso era hacerlo”, señaló.
Comentó que la travesía fue complicada porque nadó con mucho viento en contra, “fue más fuerte de lo normal y sabía que esa era la única oportunidad, el clima estuvo muy malo y mis fechas se pasaron para realizar el cruce”.
La ventana que tenía considerada Márquez Colín era del 20 al 29 de julio pasado, pero las condiciones climáticas le impidieron intentarlo en ese lapso, por lo que tuvo que esperar dos días más para cumplir con el reto, el cual vio cristalizado la noche del martes al miércoles. “Tenía que pasar en ese momento, sabía que iba a perder esa oportunidad y todo el trabajo previo que había realizado si no lo intentaba. Las condiciones fueron muy cambiantes con oleaje alto y eso me obligó a desviarnos muchos kilómetros por las intensas corrientes”, explicó.
La nadadora añadió que eso provocó nadar más horas de lo pronosticado, “me dijeron que debía nadar al final muy rápido y tuve que entregar todo para lograrlo, sabía que no podía mejorar el tiempo, así que supe que la idea era cumplir con el cruce”.
Agregó que los entrenadores Raymundo Prieto y Nora Toledano estuvieron con ella y guiaron desde una embarcación, “no tuve problemas para adaptarme al agua fría, tenía miedo que me afectara en la noche, pero eso no sucedió”.
