Presuntos insurgentes atacaron, por segunda ocasión, la mezquita shii de Al Askariya en Bagdad, en donde dos torres de este templo fueron derribados. Tras el ataque, el Gobierno de Irak ordenó un toque de queda en la ciudad para evitar el aumento de la violencia. (Fotografías de EFE)
Impone el Gobierno iraquí un toque de queda indefinido en Bagdad.
Un grupo de dinamiteros destruyó ayer las dos torres de la mezquita shii Al Askariya en Samarra, cuyo famoso Domo Dorado fue despedazado en 2006 por otro atentado, el cual desató una oleada de violencia sectaria.
Las autoridades que informaron del hecho culparon a extremistas suníes de Al Qaeda.
La Policía dijo que el ataque, alrededor de las 9:00 horas, involucró explosivos y derribó el par de alminares delgados y dorados que hasta ahora habían flanqueado las ruinas de la cúpula destruida en 2006. No se informó de víctimas.
El nuevo atentado contra uno de los principales santuarios shiies desató de inmediato el temor de un recrudecimiento de la violencia sectaria y llevó a que los 30 simpatizantes del clérigo radical shii Muqtada al Sadr suspendieran su participación en el Parlamento iraquí, lo que amenazó con agravar la crisis política.
La televisión estatal dijo que el primer ministro Nuri al Maliki impuso un toque de queda indefinido que prohíbe la circulación de vehículos y las concentraciones grandes de personas en Bagdad. La medida, que entraría en vigor a las 15:00 horas de ayer, fue pospuesta para las 18:00 horas.
Por ahora se desconoce la forma en que los atacantes evadieron a la guardia policial que vigilaba al santuario, la cual fue reforzada luego del atentado de 2006. Los policías del santuario fueron detenidos y se les interrogará como parte de la investigación, dijo Al Maliki.
El primer ministro se reunió también con el comandante de Estados Unidos en Irak, general David Petraeus y con el embajador Ryan Crocker, para solicitar el traslado de refuerzos estadounidenses a Samarra con la intención de evitar nuevos hechos de violencia en la ciudad, 96 kilómetros (60 millas) al norte de Bagdad, informó la oficina de Al Maliki.
Las Fuerzas estadounidenses en Bagdad se declararon también en alerta.
Crocker y Petraeus emitieron un comunicado en el que consideraron que el ataque representó un “acto desesperado” y “un intento deliberado de Al Qaeda por mostrar su descontento y por provocar tensiones sectarias entre la gente de Irak”.
Más tarde, Maliki emitió un mensaje en la televisión nacional y dijo que había ordenado a las Fuerzas de Seguridad reforzar la protección de las mezquitas y otros centros religiosos en Irak. El primer ministro, shii, advirtió también del riesgo de represalias mediante ataques sectarios.
Un funcionario cercano al primer ministro, quien citó reportes de Inteligencia y habló bajo condición de anonimato, dijo que el ataque fue probablemente perpetrado por Al Qaeda, cuyos milicianos se han trasladado recientemente a Samarra desde áreas circundantes.
Samarra retumbó por explosiones fuertes que levantaron una columna de polvo, dijo Imad Nagi, propietario de una tienda localizada a unos cien metros de la mezquita. “Cuando el polvo se alejó, ya no vi los minaretes. Así que cerré la tienda y me fui a casa”.
Tras las explosiones, la Policía en la zona del santuario hizo disparos al aire para alejar a la gente, dijeron testigos, al tiempo que llegaban refuerzos de la Policía y el Ejército iraquíes.
Destruyen puente que une a ciudades
Un grupo de insurgentes hizo volar ayer un puente al este de Tikrit, en el norte de Irak, en la carretera que enlaza esta ciudad con Kirkuk, informaron fuentes policiales. Con este atentado, aumentan a cinco los puentes que han sido objetivo de ataques en cuatro días, según las fuentes.
Estas explicaron que los insurgentes colocaron artefactos explosivos debajo del puente de Zagitún, sobre el río del mismo nombre y que es un paso importante entre las ciudades de Tikrit, en la provincia de Salahedín y Kirkuk, en la vecina provincia de Tamim.
El estallido causó numerosos daños materiales en el viaducto, de cien metros de largo, además de interrumpir el tráfico entre las dos provincias.
Ayer, varios insurgentes colocaron una carga explosiva bajo un puente situado cerca de Hila, capital de la provincia de Babel, cien kilómetros al sur de Bagdad.
La explosión, que no causó víctimas, dañó la estructura y cortó el tráfico en la vía que une las zonas de Asriyah y Rashadiya, en el norte de Hila.