“Cada día de nuestra vida hacemos depósitos en el banco de memoria de nuestros hijos”.
Charles Swindoll
“Papá, mírame. ¿Así? ¿Lo hago bien? ¿Te gusta?”.Con tal de conseguir la atención y aprobación de su héroe, el niño es capaz de hacer cualquier cosa; incluso de portarse mal, aunque esta atención sea en forma de regaño.
Para un niño, su papá es su punto de referencia: significa su primer acercamiento al mundo, y cubre la necesidad de sentirse protegido y seguro. Desde su mirada inocente, el pequeño tiene la capacidad de ver en él (si lo merece) esa fuerza, ese héroe interior que el papá trabaja a lo largo de su vida en el inconsciente colectivo, como nos lo revela el psicólogo C.G. Jung.
Si eres papá, ¿qué tipo de héroe interior representas?
Dentro de los principales, están:
-El inocente. Confía en la vida, en sí mismo y en los demás. Tiene fe y esperanza, aun cuando las cosas parecen imposibles. Sabe que sus sueños algún día serán realidad. Conserva la capacidad de asombro y al niño que lleva dentro. Ayuda a construir a la persona, a tener buenas relaciones sociales, a ser parte de lo que sucede y está dispuesto a ayudar.
-El guerrero. Es fuerte, íntegro, valiente, y lucha por sus principios y valores. Blande la espada para cortar todo aquello que amenace a su familia. Busca satisfacer las necesidades propias y de sus seres queridos. Impulsa a sus hijos a actuar moralmente, a emprender grandes empresas, y a ayudar a los demás. Sale de la comodidad de su medio y emprende la travesía en búsqueda de tesoros.
-El bienhechor. No sólo se ocupa del bienestar de sus hijos y de las personas con quienes trabaja, sino del bien de la humanidad. Siente compasión por el planeta y por el daño que la humanidad le hace. Tiene una gran habilidad para consolar y educar a otros. Es compasivo y generoso. Genera en su comunidad el sentimiento de que las personas son valoradas y cuidadas.
-El buscador. Persigue la iluminación y la transformación del espíritu, hacia arriba y adelante, como un desafío constante para un mejoramiento de sí mismo. Para él la misión comienza siempre con un anhelo por escalar montañas en busca de visiones, por encontrar la sabiduría, cruzar nuevas fronteras, alcanzar lo que era inalcanzable en todas la áreas de la vida y, así, poder crecer. Trata de hallar un futuro mejor, o crear un mundo más perfecto.
-El amante. Es la fuente de amor que lleva dentro; hacia las mujeres, la parte erótica, la fuerza vital. La puede expresar a través de las distintas formas del arte. Se conecta con el amor a través de un paisaje, de su trabajo, una actividad y la religión, entre otras. La pasión es lo que lo hace sentirse vivo. Es capaz de tener sentimientos redentores y de amor compasivo no sólo por otra persona, sino también por él mismo.
-El creador. Impulsa a crear, a generar nuevos proyectos e ideas, ya sea en el arte, la música, la ciencia o la filosofía. Su meta es la creación de vida, de trabajo o de cualquier nueva realidad. Se encarga de ayudar a descubrir y desarrollar la identidad personal. Crea su vida con las opciones que tiene a la mano, sin importar lo limitadas que éstas puedan ser.
Los hijos siempre observan. Es por eso que todo papá tiene una misión fundamental, porque como todo héroe, sabe que no se puede conquistar el tesoro si no se está dispuesto a enfrentar al dragón. Al tener el valor de hacerlo, se convierte en un gran héroe y ejemplo para sus hijos y, a su vez, los ayudará a construir sus propios héroes interiores. ¡Felicidades en su día!