El Universal
MÉXICO, DF.- ¿Una Moda? ¿Abrir mercados? ¿Crear un gran centro de producción? ¿Pérdida de identidad? No es una casualidad que la ciudad de Miami se haya convertido en el paraíso de las telenovelas y por primera ocasión en su historia Televisa transmita una segunda producción al hilo en el horario de las cinco de la tarde, primero con Las Dos Caras de Ana y actualmente Bajo las Riendas del Amor.
Hay un hermetismo en torno a si Televisa se dispone a crear un centro de producción en Miami privado entre productores, ejecutivos y artistas sobre las razones por las cuales la empresa ha decidido realizar telenovelas en Estados Unidos y es que, lejos de disminuir gastos y aminorar presupuestos (se traslada, hospeda y alimenta por espacio de nueve meses a más de cien personas que conforman el equipo de producción, técnicos, actrices y actores), existen otras razones de peso para expandir sus mercados.
El creciente mercado hispano en los Estados Unidos hacia la década de los noventa, encarnizó la competencia de las grandes cadenas de televisión Telemundo, Univisión y Tele Futura, lo que para consorcios televisivos como Televisa y Venevisión significaba un jugoso negocio para expandir sus mercados y asegurar sus plataformas de promoción y distribución globales con uno de sus más logrados productos de exportación: la telenovela.
No por nada la Primera Cumbre Mundial de la Industria de la Telenovela tuvo como sede Miami, y diversas producciones como Tierra de Pasiones -con Gabriela Spanic, Saúl Lizaso y Francisco Gattorno-; El Magnate con Ruddy Rodríguez, Salvador Pineda y Andrés García en 1990; y Guadalupe con Adela Noriega en 1994, presagiaban el “boom” de las telenovelas made in Miami.
Morelia -con Alpha Acosta en 1994- fue uno de los primeros experimentos para Televisa en Miami de producir telenovelas en Miami dejando de grabar sólo en locaciones y aliándose con productoras independientes que les facilitaran los recursos de producción para grabar en interiores.
Con un sistema de rotación a lo largo de más de una década le han permitido a Televisa capacitar a sus distintos productores y directores para conseguir en Miami los elementos de producción que hacen falta para una telenovelas con los estándares de calidad acostumbrados en México.
“El principio fue lo difícil”
Para la productora Lucero Suárez, quien recientemente terminó su telenovela Las Dos Caras de Ana, “el principio fue lo más difícil...es adaptarse a todo, al clima, a los servicios, a la comida, etc. Comenzamos grabaciones el 20 de junio de 2006 y concluimos el 27 de febrero de este año. Con Las Dos Caras de Ana aprendí muchas cosas, entre ellas a salir de la rutina de grabar en foros y a enfrentar cualquier limitante que se ponga en el camino”.
Para Lucero dicha experiencia se extiende hacia los actores: “Producir en Miami me permitió conocer artistas de otras nacionalidades que enriquecen una telenovela y que tienen un buen nivel actoral. Los hay peruanos, colombianos, cubanos, venezolanos y puertorriqueños. A nuestro elenco también le permitió intercambiar vivencias y experiencias”.
Sin aceptar que Televisa planea instalar un centro de producción en Miami, “porque eso es algo que le corresponde a mis jefes”, la productora confía que su amigo y compañero Ignacio Sada tenga éxito con Bajo las riendas del amor: “Sé que lo va a lograr porque tiene una buena historia entre las manos, y un elenco confiable”.
Tiene una experiencia ruda
Actriz en la telenovela Las dos caras de Ana, hoy en el programa Una familia de diez, María Fernanda García permaneció ocho meses en Miami: “Fue una experiencia ruda, pero de crecimiento. No conocía a nadie, me perdía todo el tiempo y ni a quién pedirle un favor. Por fortuna estuve con mis amigos Alexa Damián y Francisco Rubio y nos ayudamos entre todos. Nos dieron casa y coche a todos los actores que veníamos de México, mínimo ¿no?”.
Del trabajo diario, María Fernanda fue clara al señalar: En Miami las condiciones y recursos son inferiores a lo que tenemos aquí. Los foros son chicos, limitados, no se cuenta con camerinos. En Televisa se cuenta con más infraestructura y apoyos. Padecimos mucho en lo laboral, pero la calidad de vida en Miami es diferente: se puede andar en bicicleta o irse a la playa si no se tiene llamado. Y las locaciones son simplemente maravillosas.
Productores como Carla Estrada consideran que todavía el resultado final de grabar en Miami no es el idóneo: “Grabar allá implica muchos sacrificios y limitantes, y esto se nota en el resultado final. Es como subirse a la Torre de Babel donde cada quien tiene su acento, comenzando por los actores. Para mi no va eso de empelar actores con distintos acentos sin poder justificarlos en el libreto. Todo eso afecta la calidad del producto, de la telenovela”.