Hoy cierran sus campañas los precandidatos a la postulación perredista al Gobierno de Michoacán, que será decidida en una jornada electoral el próximo domingo. Participan en ese proceso interno seis aspirantes, a los que cito en orden alfabético de sus apellidos: Cristóbal Arias, Silvano Aureoles, Enrique Bautista, Leonel Godoy, Raúl Morón y Serafín Ríos.
Tres de ellos, conforme a las encuestas y su trayectoria personal tienen mayores posibilidades de ser el candidato que busque retener para el PRD la gubernatura que en noviembre de 2001 ganó Lázaro Cárdenas Batel. Se trata de Arias, Bautista y Godoy. Como suele ocurrir en los combates electorales, aun en los internos (y a veces con mayor intensidad en los de este carácter) la campaña ha sido ríspida, más por expresiones proferidas por acompañantes y seguidores de los precandidatos que por ellos mismos, que tienen una historia común y un largo conocimiento recíproco, que evitará que la fogosidad oral de las semanas previas se refleje en desavenencias agresivas el domingo y posteriormente.
La contienda interna se inscribe en el marco de las relaciones del gobernador y de su padre con el PRD, y con Andrés Manuel López Obrador. Sin negar que las diferencias en uno y en otro caso son agudas y crecientes, parece posible que la selección interna de candidato se haga, si no al margen de esas desavenencias, sí con una influencia mínima de los desencuentros entre los dos candidatos presidenciales que ha postulado ese partido. Los tres aspirantes han recorrido rutas semejantes: fueron priistas o al menos miembros de Gobiernos priistas, trabajaron cada uno de ellos en el Gobierno de Cuauhtémoc Cárdenas en aquella entidad y lo acompañaron en su disidencia dentro del tricolor. Lo siguieron también en la fundación del partido cuya candidatura buscan ahora.
Arias participó dos veces en la lucha por la gubernatura, en 1992 y en 1995. La primera vez se inconformó con el triunfo del priIsta Eduardo Villaseñor, a quien el Gobierno de Salinas (tal como el año anterior había hecho con Ramón Aguirre y Fausto Zapata en Guanajuato y San Luis Potosí) convirtió en pieza de cambio para evitar que se prolongara la resistencia electoral encabezada por el aspirante perredista. Villaseñor tuvo que retirarse y fue sustituido por el gobernador interino Ausencio Chávez. Cuando éste concluyó su periodo, en 1995, Arias abanderó de nuevo al PRD, pero esta vez la victoria priista, que hizo gobernador a Víctor M. Tinoco Rubí no pudo ser objetada, pues la aspiración del perredista se vio entorpecida por divisiones en su partido y por la presencia de un candidato panista, Felipe Calderón, que hizo crecer la votación panista y atenuó el incipiente bipartidismo que se esbozaba en aquella entidad. Licenciado en derecho por la Universidad nicolaíta, Arias ha sido secretario de Gobierno (con Cuauhtémoc Cárdenas, de quien después se distanció), diputado federal y dos veces senador.
Bautista posee la formación más amplia entre los aspirantes. Es licenciado en relaciones industriales por la Universidad Iberoamericana y economista por la Nacional. Hizo posgrados en los institutos de estudios sociales de La Haya y de estudios de desarrollo en la Universidad de Essex, en Inglaterra. Ha sido un empresario agrícola, dedicado a la producción y exportación de aguacate, cerdo y trucha arcoris. Fue director de fomento industrial en el Gobierno de Cuauhtémoc Cárdenas y secretario de planeación y desarrollo, así como secretario de Gobierno con el actual gobernador. Como diputado federal presidió la Comisión de agricultura de su Cámara.
Godoy es licenciado, maestro y doctor en derecho por la Universidad Nacional, especializado en ciencias penales. Tiene la más vasta experiencia política y administrativa, tanto en el estado que busca gobernar como en el Distrito Federal. Ha trabajado con los dos Cárdenas: con ambos fue secretario de Gobierno en fechas tan distantes como 1985-86, y 2002-2003. Con el primero fue funcionario en la procuración de justicia de aquel estado y en el DF, subsecretario de Gobierno. Sustituyó a la secretaria Rosario Robles cuando ella llegó a la jefatura de Gobierno y también la reemplazó, en medio de una severa crisis, al frente del PRD, que encabezó de 2003 a 2005. Andrés Manuel López Obrador lo nombró secretario de seguridad pública, de donde partió a Morelia a trabajar con Lázaro Cárdenas como su segundo. Ganó el año pasado su elección como senador de mayoría (en fórmula con su ahora antagonista Silvano Aureoles) de manera holgada, con más de seis puntos de diferencia sobre la dupla de candidatos panistas y con once por encima de los aspirantes priistas.
A pesar que López Obrador sobrepasó a Felipe Calderón con cien mil votos, no obstante la oriundez michoacana del candidato panista, encuestas recientes han expresado una preferencia mayor por el PAN, sin tener en cuenta los nombres de los candidatos. Cuando éstos son puestos a consideración de los interrogados el favorecido es Godoy, que también va a la cabeza en las predilecciones internas. Él y Bautista, sin embargo, han aventurado una tesis peregrina, la de que sólo con una alianza con el PRI podrá su partido retener la gubernatura, por la condición volátil de los electores. Aunque el tricolor desdeña esa posibilidad, el PRD incurriría ya no digamos en un despropósito, sino en un error descomunal buscando una coalición así, que sería contra natura y resultaría contraproducente.
