(Primera parte)
Uno de los problemas más importantes de nuestra sociedad actual es indudablemente la inseguridad en la que estamos inmersos la mayor parte de los ciudadanos de México y no sólo es estigma de las grandes metrópolis sino que sus tentáculos se han extendido hasta las ciudades y poblaciones medias y pequeñas del país.
México caracterizado por décadas como un país seguro y hospitalario, se ha vuelto de pronto una comunidad violenta, sin respeto por las personas y su patrimonio, sin garantías para poder vivir en familia con la libertad y seguridad como tradicionalmente los hicieron varias generaciones anteriores que nos precedieron.
Las causas son muchas, especialmente ha habido una pérdida de valores muy importante que precisamente fueron el fundamento de la sociedad mexicana enumero, en primer lugar:
El desmembramiento de ese núcleo básico, de esa célula que da lugar al tejido social y sin la cual nada se puede construir ni en el aspecto moral ni físico de las personas y las instituciones que es la familia, las generaciones actuales y posiblemente desde la década de los setentas, el amor libre, la relatividad del matrimonio, la laxitud moral de las relaciones interpersonales especialmente de los jóvenes, ha traído un deterioro muy importante en la familia y por lo tanto los muchachos actuales, muchos viven en pareja sin compromiso y otros prefieren vivir solos con relaciones limitadas, imitando las costumbres norteamericanas y europeas que tanto criticamos en nuestro tiempo. Por lo tanto sólo un número cada vez más reducido llega al compromiso matrimonial y si por alguna razón tropieza con algún obstáculo, que es natural en donde se reúnen dos personas de sexos diferentes, a veces educación diferente y con ideas distintas, optan con mucha facilidad por el divorcio; es alarmante la cifra de divorcios en los últimos dos años en nuestra ciudad de Torreón y creo que lo mismo debe acontecer con nuestras ciudades hermanas, Goméz Palacio y Lerdo.
Las consecuencias de lo anterior han sido fáciles de comprobar en lo que nos está sucediendo en nuestra comunidad; gran cantidad de madres solteras obligadas a buscar el sustento por sus propios medios y los hijos a la deriva sin la presencia de la figura paterna o materna, sin la dirección afectiva de unos padres pendientes de su desarrollo y de sus problemas y por lo tanto niños y adultos futuros en todos los rangos del comportamiento antisocial y algunos francamente en la delincuencia, presa fácil del alcoholismo y la drogadicción, que finalmente a menos que sean muy ricos, los convertirá en malhechores. Algo tenemos que hacer por estimular la estabilidad de las familias y por imbuir en nuestros jóvenes una mayor responsabilidad para el matrimonio y su consecuencia lógica, la educación en ?el hogar? de los hijos.
Otro grave problema ha sido el deterioro tan importante que vive nuestro sistema público educativo en todos los niveles y especialmente en las primarias, con maestros poco responsables, faltistas, sin una visión profunda de lo que significa la formación de los niños como ciudadanos del futuro, preocupados por las reuniones sindicales, el escalafón y el poder compartir a veces hasta otro u otros oficios para vivir bien ya que no completan con el sueldo de maestros, esto acarrea el consiguiente empobrecimiento del conocimiento de sus alumnos y ser por lo tanto muy malos guías.
La educación privada en un buen número de casos también está descuidada, con maestros improvisados generalmente profesionistas que no tienen vocación por el magisterio y por lo tanto, en esta noble labor tratan de llenar un programa para cumplir con la escuela que los contrata y la Secretaría de Educación Pública.
Es de justicia reconocer que en los últimos años hay una corriente muy importante por volver a la enseñanza de los valores no sólo en forma teórica sino también práctica que ya está empleando el sistema educativo, sin embargo parecen que se ?ara en el desierto? ante el problema tan importante del gremio magisterial, recordar recientemente Oaxaca, Puebla y el D.F. que son los casos más publicitados.
¿Que jóvenes esperamos para darles el relevo de las instituciones?, ¿a quiénes dejaremos la responsabilidad de la formación de las nuevas generaciones? Y sin embargo parece que seguimos creando un tipo de ciudadanos irresponsables y con gran tendencia al camino de la ilegalidad y la delincuencia.
La última causa a reflexionar es el empobrecimiento de la mayor parte de la gente del país, somos un país con uno de los más altos índices de desempleo y con una gran cantidad de subempleo que mal da para comer, los trabajadores que lo logran tener en una gran mayoría son mal remunerados, con pocos alicientes para superarse y engrandecer la empresa donde laboran a pesar de tener una de las Leyes Federales del Trabajo más avanzadas del planeta.
Esto contrasta según indicadores del Banco Mundial por estimaciones de principios del año 2007, en donde somos la onceava economía del planeta, indudablemente una economía muy fuerte pero en ingreso per cápita estamos en el lugar 55, lo que habla de una muy mala distribución de la riqueza con acumulamiento de gran parte del capital por muy pocas familias. Una situación de injusticia grave que genera delincuencia e inseguridad
Hay muchas otras causas de los tiempos de inseguridad que vivimos que analizaremos en la próxima aportación.
?SEÑALEMOS EL RUMBO?.
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