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Minuto Rotario / LA EXCELENCIA ESTUDIANTIL 2007

Dr. Ignacio Méndez Lastra

(Segunda parte)

Continuamos con la segunda parte del discurso de don Pedro Rivas Figueroa a los muchachos en la ceremonia a la “Excelencia Estudiantil”.

“Con ese poderío de comunicación y sistematización del conocimiento, vivimos una nueva era para los seres humanos: la sociedad posmoderna o del conocimiento, que incluye la globalización como algo característico y distintivo.

Existe, circulando en Internet, un correo electrónico que sirve para ejemplificar esa globalización y la define utilizando la trágica historia de la Princesa Diana:

“Una princesa británica, con un novio egipcio, que usaba un celular sueco, que chocó en un túnel francés, cuando viajaba acompañada de su novio medio oriental, en un automóvil alemán con motor holandés, manejado por un conductor belga que se emborrachó con whisky escocés”.

“A ellos los seguía de cerca un paparazzi italiano, en una motocicleta japonesa, que tomaba fotos con una cámara taiwanesa, para una revista española.”

“Ella fue intervenida por un médico ruso y un asistente filipino, que utilizaron medicina brasileña... este artículo fue traducido del inglés por un colombiano”. Fin de la cita.

La discusión se centra en la justicia social: si bien es cierto que la globalización ha traído incremento en la productividad, también es verdad que ha hecho que el mundo sea más desigual: hoy hay menos ricos, cada vez más ricos y más pobres, cada día más pobres.

Tan sólo les comparto un dato, dado por la ONU en su informe 2005: en los próximos diez años, aún cuando los países, de verdad, se apliquen a atender la pobreza, cerca de 15 millones de niños morirán anualmente en le centro del África subshariana.

Aún es más doloroso saber que la productividad del mundo, con la aplicación de la ciencia y la técnica, generan el 110 por ciento de los alimentos que necesitan los habitantes del planeta; que las posibilidades de sobrevida de niños del primer mundo, contra los de los países pobres es de 15 a uno; o que el SIDA, en África, habrá acabado con más del 40 por ciento de los jóvenes.

Sin embargo, esto no significa que “La Sociedad del Conocimiento” sea mala para la humanidad; somos los seres humanos quienes no hemos sabido aprovechar los beneficios que nos ofrece.

La ciencia es el resultado de la reflexión y generación de conocimiento de la humanidad; los conocimientos científicos dan soporte al desarrollo tecnológico y con él alcanzamos los más altos índices de calidad de vida individual y social; no haber logrado que esos beneficios permeen a toda la humanidad es cuestión del egoísmo de líderes y países, que desean el control de todo para beneficio de unos cuantos -sus conciudadanos y ya-, por encima del malestar de los muchos - los pobres-.

En los años sesentas, las universidades del mundo se vieron intensamente presionadas por el desarrollo tecnocientífico; ¿como trasmitir la información, cada día más basta y a la vez cambiante?

La primera solución fue ajustar los programas de estudio, suprimiendo materias de formación humanista, que daban sentido al conocimiento. El precio lo pagamos caro.

Producto de esas universidades del pasado son todos los truhanes y ladrones de cuello blanco, que en base al privilegio de saber, pudieron hacerse del poder y ejercerlo para el mal de muchos en beneficio de pocos.

Son ellos los que hablaron de retomar las ideas liberales y crear lo que ahora conocemos como “neoliberalismo”, que ha hecho a muchas generaciones de seres humanos infelices, siempre esperando -suspirando- que llegara el beneficio del “hacer para tener luego distribuir”. Tan sólo reflexionen que muchos de ésos, ahora adultos vivimos en la esperanza del “fin de la crisis”, que ahora volveos a escuchar como promesa a las nuevas generaciones.

Ciencia y técnica por sí mismas son buenas, pero la ciencia, que no conoce de moralidad por ser práctica y concreta en hechos evidentes, cuando es mal utilizada, se transforma en arma destructiva. La bomba atómica fue terrible, aún las más rudimentarias utilizadas en Hiroshima y Nagashaki; sin embargo, la energía atómica utilizada para el bien común, ha dejado beneficios enormes a los seres humanos: la producción de energía menos contaminante y de más bajo costo.

La ciencia nos ha abierto el campo de la nanotecnología, sin duda dará la oportunidad de desarrollar herramientas que provocarán una nueva revolución en campos de la industria, la medicina y hasta el bienestar familiar.

La Internet ha dado oportunidad a que los estudiantes del mundo tengan acceso, casi de primera mano, al conocimiento y con ello, incrementar sus capacidades para aspirar a programas superiores de estudio. Ustedes pueden disfrutar de una videoconferencia en tiempo real, interactiva, con personajes del mundo, posibilidad que en antaño era para unos pocos, quienes disfrutaban de esas cátedras en forma presencial en sus universidades. Tan sólo imaginen cómo hubiera sido acelerado el cambio si a mediados del siglo anterior hubiera existido la posibilidad de este tipo de educación y pudiéramos haber asistido a un curso con Albert Einstein, por ejemplo.

Sin duda, el reto del presente es aprender a utilizar esa ciencia y técnica con el uso mesurado que da la reflexión y la inteligencia”.

“SEÑALEMOS EL RUMBO”.

nacho1948@hotmail.com

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