HISTORIAS DE LA CREACIÓN DEL MUNDO
-Señor -se quejó Adán-. Tengo frío.
Entonces el Creador hizo el invierno.
-No te entiendo, Señor -dijo el hombre, atribulado-. Me quejé porque sentía frío, y como respuesta a mi lamentación hiciste el invierno. ¿Por qué?
Ni siquiera había acabado de hablar Adán cuando Eva, su compañera, fue hacia él tiritando. Lo abrazó, juntó su cuerpo con el suyo. Una dulce tibieza sintió Adán, como si un sol pequeño y amoroso hubiese descendido del cielo sólo para darle calor a él.
Pasados algunos días el Señor le preguntó a Adán con una sonrisa traviesa:
-¿Ya no tienes frío?
-No, señor -respondía Adán sonriendo igualmente, pero con algo de rubor-. Desde que inventaste el invierno ya no tengo frío.
¡Hasta mañana!..