He aquí un breve texto mío que tiene que ver con estos días que antes se llamaban “santos”.
Si he de dejar el corazón tirado;
si he de morir el resto de mi vida;
si es necesario herir mi propia herida
y olvidar de una vez lo recordado;
si he de pasar por donde ya he pasado,
y derribar la casa construida,
y decirme mi propia despedida,
y convertirme en muerto y sepultado,
bien está: el corazón será rendido,
y me atravesaré de parte a parte,
y la memoria tornaré en olvido.
Quiero matar lo que sin Ti he vivido.
Quiero perderme, Dios, para encontrarte,
porque si ni te encuentro estoy perdido.
¡Hasta mañana!...