En pleno desierto aquel hombre se puso a construir un barco
Todo se reían de él y lo juzgaban loco, pero cuando el hombre terminó de poner las velas en los mástiles surgió de las arenas un gran río, y el barco navegó triunfalmente aguas abajo llevando al hombre que lo construyó.
A veces los sueños parecen locura, y motivan la risa de los que no sueñan. Pero si además de soñar tu sueño lo construyes, ese ideal te llevará con él.
Sueña entonces.
Y construye.
¡Hasta mañana!...