EL TIEMPO NO SE DETIENE
(Perdón por la obviedad. Pasa el tiempo, pero los lugares comunes permanecen).
Ayer apenas vi a mi nieto mayor, Rafa, ir de la mano de sus padres al colegio en el primer día de su vida escolar. Ahora es ya un jovencito que se dispone a empezar la secundaria.
No tuvo que presentar examen de admisión: su promedio de calificaciones fue tan alto que le ganó un lugar en el "Ignacio Zaragoza", colegio invicto y triunfante del que su mamá y yo también fuimos alumnos.
Déjenme ser por hoy un orgulloso abuelo que le da gracias a su nieto por esta nueva satisfacción que le regala. El tiempo pasa -ése es su oficio principal: pasar- pero se pasa bien cuando ves que el mañana es mejor que el ayer.
¡Hasta mañana!...