Me habría gustado conocer a "El Golito".
Nadie supo jamás, quizá ni él mismo, por qué se le llamaba así. Era baterista en la carpa "Salón Rojo", de la Ciudad de México. Sus compañeros le hacían bromas por su modo de hablar, con frases deshilvanadas, incoherentes, sin sentido.
Cierto día uno de los cómicos del espectáculo, por pura ocurrencia, se puso a dialogar con él ante el público. Tanto se dijeron sin decirse nada que la gente no pudo dejar de reír a todo lo largo de aquella conversación disparatada. Desde entonces el cómico adoptó el estilo de hablar del baterista.
Me habría gustado conocer a "El Golito". Gracias a él Cantinflas aprendió a cantinflear.
¡Hasta mañana!...