HISTORIAS DE LA CREACIÓN DEL MUNDO
El día que el Señor hizo al elefante tenía descompuesta la plancha.
Para compensarlo por aquella deficiencia le dijo:
-Te voy a poner dos grandes colmillos. Serán de duro hueso, y te servirán lo mismo para tu defensa que para tu alimentación.
El elefante, que como todos los grandes era muy vanidoso, contestó enfurruñado:
-No quiero mis colmillos de hueso. Los quiero de un material más bello, más fino, más valioso. Por ejemplo, de marfil.
El Señor respeta la libertad de sus creaturas, aun de aquéllas que no saben usarla. Argumentó brevemente con el elefante, pero finalmente accedió a su deseo y le dio los colmillos que quería.
El elefante está ahora en vías de extinción, perseguido por cazadores y traficantes de marfil. Moraleja: no siempre es bueno que Dios nos dé lo que le pedimos.
¡Hasta mañana!...