HISTORIAS DE LA CREACIÓN DEL MUNDO
El Señor hacía evocaciones con Adán.
-Fue algo maravilloso cuando te hice -le dijo-. Experimenté un éxtasis divino al formarte del polvo de la tierra y al infundirte vida.
Y el Señor perdía la mirada en el infinito, como recordando aquel inefable momento de la creación del hombre.
-Y luego -continuó el Señor-, cuando hice a Eva, ¡qué deleite supremo al tomar de tu cuerpo la substancia para formar el suyo, y al inspirar en ella el Espíritu para darle nacimiento! ¡No hay palabras que puedan describir el inefable gozo de haberte hecho a ti y a tu mujer!
-Te entiendo, Señor -dijo entonces Adán con aire de conocedor-. Yo también sentí bastante bonito cuando hice a Caín y a Abel.
¡Hasta mañana!...