Un consejo me dio una vez mi padre:
-Jamás tengas amigos más tontos que tú.
He seguido su consejo al pie de la letra. Por suerte sus padres no les dieron el mismo consejo a mis amigos, y entonces tengo muchos.
Uno de ellos, más grande que yo -también todos mis amigos son más grandes que yo-, me contó que había esperado con ansiedad el día en que sus hijos se casaran. Pensó que ya no sentiría la misma responsabilidad. Se equivocó: sigue tan preocupado por ellos como antes.
Eso me hizo reflexionar, y concluí que los papás somos para siempre.
Debería ponernos Diosito un letrero que dijera: "Papá. Para niños de 0 a 60 años”.
¡Hasta mañana!...