HISTORIAS DE LA CREACIÓN DEL MUNDO
El Señor estaba triste. De la primera generación de hombres nacidos de mujer la mitad había matado a la otra mitad.
Le preguntó Dios al asesino:
-¿Por qué mataste?
Y respondió Caín:
-Señor, no fue mi culpa. Parte hay que atribuirlo a la herencia, y otra parte al medio ambiente.
Ceñudo le replicó el Creador:
-Mientes. También tu víctima recibió la misma herencia; vivió en el mismo ambiente; y él fue bueno. Si tú te convertiste en asesino fue por tu voluntad. En uso de tu libertad pudiste haber escogido el bien o el mal. Tú escogiste el mal. Eres culpable.
Por este relato sabemos que desde Caín todos los hombres han echado a otros la culpa del mal que hacen.
¡Hasta mañana!...