En aquellos discípulos dijo Hu-Ssong a su tiempo:
-Discutan ustedes entre sí, pues de la discusión nace la luz. Discutir es examinar una cuestión atentamente y con serenidad, aportando cada uno lo que sabe acerca de ella. Pero no disputen jamás, pues disputar es reñir con vehemencia y terquedad. Así, en una disputa se pone mucho calor, pero muy poca luz.
Los discípulos de Hu-Ssong, que con frecuencia debatían entre sí porque eran jóvenes, le preguntaron:
-¿Qué debemos hacer, maestro, cuando discutamos con un necio?
-Muy sencillo -les contestó Hu-Ssong-. Lo primero que debemos hacer cuando discutamos con un necio es procurar que él no esté haciendo lo mismo cuando discuta con nosotros.
Los discípulos entendieron lo que el maestro les decía, y en adelante procuraron poner en sus debates mucha luz, y sólo la dosis precisa de calor.
¡Hasta mañana!...