HISTORIAS DE LA CREACIÓN DEL MUNDO
Cuando el Señor hizo a la rosa había solamente rosas blancas.
Pero eso no le importaba a la rosa. Otra cosa le disgustaba. Reclamó:
-Señor: me hiciste ser la flor más bella. Ninguna tiene mi suavidad de pétalos de rosa; ninguna la opulencia de mi corola abierta; ninguna mi perfume, que primero un poeta y después mil cursis llamarían embriagador. ¿Por qué entonces, Señor, dejaste que Adán me bautizara con un nombre tan simplón, y me llamara solamente "rosa"? Ve cómo se llaman otras flores: oxicanto, narciso, heliantemo, nenúfar, rododendro, cinamono, bugambilia, azalea, jacaranda, plúmbago....¿Por qué yo "rosa", nada más?
-Te quejas sin razón -contestó Dios-. Tu nombre tiene el mismo número de letras que mi nombre. Los estudiantes de latín lo declinarán mil veces. Shakespeare y Gertrude Stein hablarán de él... Además no imagino a ningún músico poeta cantando: "Rododendro deslumbrante, divino rododendro que encendió mi amor...".
La rosa, avergonzada por aquella justa reprensión, se puso de todos colores.
Por eso ahora hay rosas blancas, rosas rojas, rosas amarillas, rosas jaspeadas...
Y rosas rosas.
¡Hasta mañana!....