Hay en el cementerio de Ábrego una tumba. Si alguien supiera oír lo que las tumbas dicen escucharía estas palabras:
“La vida es eterna, pero cada vida es breve. Es breve la vida de la mariposa, y es más breve aún la vida de los hombres, porque sabemos de su brevedad. Hoy somos, y mañana ya no. Al final aprendemos que un año ha durado un día, y un día un minuto. Debemos hacer entonces que un minuto valga un día, y que un día valga lo que vale un año. Así nuestra vida valdrá lo que vale una vida.
“Hay quienes viven a medias. Están muertos a medias, y ni siquiera se dan cuenta. La única manera de merecer la vida es vivirla toda. Vivir toda la vida...”.
Así dice la voz de aquella tumba, voz de vida.
¡Hasta mañana!...