Hu-Ssong preguntó a uno de sus discípulos por qué no había hecho nada en la vida.
-Es que la oportunidad no ha llamado a mi puerta -respondió el joven fracasado.
Hu-Ssong se sorprendió: sabía bien que el trabajo de la oportunidad es precisamente tocar puertas. Así pues llamó a la oportunidad -los filósofos pueden hacer cosas que los demás no podemos- y la reprendió con severidad.
-¿Por qué -le preguntó-, no has llamado a la puerta de este joven?
Respondió la oportunidad:
-Muchas veces llamé a su puerta, pero él no tenía la llave para abrirme.
Fue entonces Hu-Ssong con el muchacho y le dijo:
-Ahora entiendo por qué no hiciste nada. Sabías que debemos esperar a la oportunidad, pero ignorabas que debemos estar preparados para recibirla.
¡Hasta mañana!