Malbéne acaba de publicar un nuevo artículo en la revista “Iter”. Algunos de los conceptos que expone en ese texto merecen ser transcritos:
“... Alguna vez los hombres de religión tendremos que pedir perdón por una grave culpa: la de haber puesto el temor entre los hombres. El miedo no es cosa de Dios. Nosotros fuimos un instrumento del mal cuando inventamos mil modos de aterrorizar a los humanos. Luego les vendimos mil maneras para librarse de ese terror que nosotros mismos creamos. En vez de difundir el amor de Dios llenamos el corazón del hombre con un miedo que anula la esperanza. De tan gran culpa debemos rendir cuentas...”.
No sé si el sentimiento de Malbéne sea compartido por otros profesionales de la religión. Lo que sí sé es que alguna vez yo mismo sentí ese miedo que el teólogo describe.Ya no lo siento más. Con la fe y el amor he recibido el precioso don de la esperanza.
¡Hasta mañana!...