Jean Cusset, ateo con excepción de las veces que escucha un disco de Casals, dio un nuevo sorbo a su martini -con dos aceitunas, como siempre- y continuó:
-Quevedo inventó un verbo que por desgracia la Academia no recoge. Ese verbo es “deshombrecer”. Significa quitarle a alguien su dignidad de hombre, de persona humana. Aquel que calumnia a otro comete un acto ruin de deshombrecimiento. Pero también se deshombrece él mismo, pues se infama y envilece en tal manera que se priva a sí propio de toda humanidad. No deshombrezcamos a nadie. Sólo así no nos deshombreceremos. Esto que parece trabalenguas es en verdad una verdad de amor.
Así dijo Jean Cusset. Y dio el último sorbo a su martini, con dos aceitunas, como siempre.
¡Hasta mañana!...