Todos los perros tienen alma, Terry. En cambio algunos hombres no la tienen. Se les llama por eso "desalmados".
¿Recuerdas la vez que te perdiste? Pusimos un anuncio en el periódico ofreciendo una recompensa a quien te hallara. Llamó un sujeto, y fuimos a su casa. Tenía ahí cinco o seis perros; nos preguntó si alguno de ellos era el nuestro. Se dedicaba a robar perros el malvado, para cobrar la recompensa. No estabas ahí tú, pero ganas nos dieron de rescatarlos a todos para librarlos de aquel hombre sin alma.
Existe la maldad humana, Terry. Eso no lo podías saber tú, porque en el perro no hay maldad. Si alguna maldad hay en un perro es porque ahí la puso el hombre. Cuando vivías yo procuraba ser bueno para parecerme a ti. Ahora que ya no estás busco ser bueno porque así siento que todavía sigues con nosotros. No hay nada como un perro para hacer bueno a un hombre.
¡Hasta mañana!...