Llega el viajero a Éfeso, joya del paganismo y también joya de la cristiandad, y visita la pequeña casa donde, según tradición ya consagrada por la Iglesia, vivió la Virgen María los últimos años de su vida.
Entra el viajero en la pequeña capilla y se une a la plegaria de los peregrinos que ahí están. Entre ellos hay algunos musulmanes: la religión del Islam cree también que María es la madre de Dios.
Luego el viajero sale por otra capillita adjunta, y en ella mira una imagen querida y recordada: la de María de Guadalupe, la Virgen mexicana. En todas partes se le aparece al viajero la Morenita y le dice con voz llena de ternura. "¿No estoy yo aquí, que soy tu madre?".
¡Hasta mañana!...