Si realmente los mexicanos conociéramos bien nuestro país estaríamos orgullosos de él.
Llegaron ya los días de la Navidad. Pocos pueblos del mundo pueden ufanarse de tener un folklore navideño, unas tan ricas y bellas tradiciones de Navidad como las que tenemos en México nosotros.
Posadas... Coloquios... Piñatas... Pastorelas... Un acervo, al mismo tiempo de arte y de fe, que deberíamos empeñarnos en conservar. Esto no quiere decir en modo alguno que hemos de cerrarnos a las tradiciones navideñas -igualmente hermosas- que vienen de otras partes. Significa, sí, que no debemos perder las nuestras, sino fortalecerlas con el conocimiento y con el uso.
En estos tiempos México sufre muchas y diversas influencias del exterior. Debemos ser fieles a nosotros mismos: sólo en nuestra raíz hallaremos nuestra imagen y la fuerza para conservar lo mejor que tenemos y que somos.
¡Hasta mañana!...