Yo vivo cada Navidad como si fuera la última. Por eso la vivo como si fuese la primera.
En estos días no sólo están conmigo mi esposa, mis hijos y mis nietos: también están mis padres, mis abuelos, y toda la parentela de Fuentes y de Aguirres que en este mundo han sido, y en los otros. Unos vienen a mí en la forma del abrazo; otros en la manera del recuerdo. Pero todos están aquí, conmigo, del mismo modo que yo estoy con ellos. No hay soledad en esta compañía de seres amorosos que me miran, y de sombras amables a las que miro yo.
Hoy nos reuniremos en torno del entrañable nacimiento. Le diremos piropos a la Virgen -es decir rezaremos el rosario- y yo leeré el relato que hizo San Lucas de la Navidad. Si se guardan las tradiciones nadie muere: en ellas viven quienes se fueron ya. Estaremos todos juntos esta noche; y por eso esta noche será buena. Será la Nochebuena.
¡Hasta mañana!...