Al día siguiente del nacimiento de Jesús llegó un hombre al portal y le dijo a San José:
-Entiendo que tu esposa y tú pasásteis aquí la noche.
-Así es -respondió él-. No hubo lugar para nosotros en la posada, y tuvimos que buscar albergue aquí.
-El portal es mío -manifestó el hombre-. Deberás pagar el hospedaje. Igualmente cubrirás el costo de la calefacción.
-¿Cuál calefacción? -preguntó el carpintero.
-La mula y el buey os dieron su calor -replicó el hombre-. También son míos.
Pagó José lo que pedía el propietario. Luego fue con su esposa y le dijo:
-Me temo, María, que esto se va a comercializar.
¡Hasta mañana!...