EL DOMINGO pasado en el Siglo de Torreón se publicó una fotografía en donde aparece un grupo de aficionados al futbol, fanáticos seguidores del equipo Santos Laguna que nos representa en la Liga Mexicana del deporte de las patadas.
EN ESA DEGRADANTE fotografía aparecen tirados en el suelo a la intemperie frente al Estadio Corona un grupo de aficionados haciendo fila frente a las taquillas; miserablemente enredados en mantas y cobijas tratando de palear la agresiva onda fría que invadió a nuestra región la madrugada del sábado y del domingo.
Y UNO SE HACE la obligada pregunta: ¿Es esa la manera y forma como la empresa propietaria del equipo Santos Laguna debe tratar a su clientela? Definitivamente no.
EL PÚBLICO AFICIONADO es quien realmente sostiene al Santos. No son sus directivos ni la empresa cervecera propietaria los que filantrópicamente lo hacen. Son los aficionados y seguidores del equipo los que compran el boleto, los que beben la cerveza de la empresa y quienes finalmente sufragan los gastos de un equipo ahora tan costoso y que no da satisfacciones a sus seguidores.
A LOS NULOS RESULTADOS deportivos se agrega ahora la manipulación en la venta de los boletos, pues no es concebible que se tenga tan poca imaginación como para no poner a la venta el boletaje en varios lugares y con la debida anticipación, para que de esta manera no se obligue al público a tirarse en el piso enrollado en cobijas durante una noche completa para poder comprar una entrada al estadio.
LOS PROPIETARIOS y directivos del Santos Laguna han logrado integrar después de varios estudios, cálculos y sesudos análisis uno de los peores equipos de que tengamos memoria, pero además, el más caro de su historia.
UNA REGIÓN con más de un millón de habitantes como lo es la nuestra, necesita tener, por lo menos, un equipo deportivo que lo represente en el concierto nacional del país. Un equipo deportivo hace que la ciudad sea mencionada y aparezca en los medios, motiva que se hable de ella y que de una u otra manera se le tenga presente en el consciente colectivo. En concreto, un equipo deportivo beneficia en muchos aspectos a la ciudad o región que representa.
EL INTEGRAR un equipo con un portero solitario que gana casi dos millones de pesos al mes; vender al Pony Ruiz que hizo él solito con sus centros al área a dos campeones nacionales de goleo (Borguetti y Vuozo), desatender la contratación del mismo Borguetti y dejar al equipo sin defensas ya está dando sus primeros resultados.
LA AFICIÓN LAGUNERA necesita más respeto pues el equipo no es únicamente de ellos. El Santos Laguna es de todos los que vivimos aquí y debe representar dignamente en su dimensión y tamaño a nuestra Comarca Lagunera.
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