SON MUY POCOS los aficionados, de los que sí pagan puntualmente su localidad en “El Corona”, que conocen el trasfondo del estrepitoso fracaso deportivo del Santos Laguna, aunque ya los filósofos digamos callejeros, aseguran que en donde hay un grito es que existe un billete atorado.
LA VENTA IRRACIONAL del Pony Ruiz ícono y emblema del equipo de la Comarca, no fue otra cosa que asunto de billetes. Se trataba de sacar dinero a como diera lugar y no les importó para nada a los directivos la afición, que es en última instancia, la que paga los caprichos, sueldos y sueldotes de directivos, entrenadores y jugadores.
LA VENTA DEL MEJOR delantero de la liga y campeón goleador de México como lo es Jared Borgueti, fue también otra burda maniobra para sacar dinero. Estos dos asuntos, aunados al desmantelamiento general del equipo, han generado los resultados que todos tenemos a la vista.
SABEMOS QUE EL espectáculo del futbol es antes que todo un negocio, en donde tienen que cuidarse todos sus aspectos, para que los propietarios e inversionistas obtengan dividendos y no pérdidas; pero lo que no es aceptable para una comunidad de un millón de habitantes, es que se juegue con su afición bajo un criterio puramente mercantil.
TAMPOCO ES ADMISIBLE que lo que finalmente se convierte en el emblema deportivo de una comarca, como lo es su equipo de futbol, se maneje con criterio de mercachifles y sin respeto alguno para los que finalmente lo pagan y lo sostienen como es la afición local.
LA RESPONSABILIDAD de todo directivo de un equipo deportivo que lleve orgullosamente el nombre de una región o ciudad, sea ésta la que sea, no puede medirse únicamente bajo criterios comerciales o de mercado. Subyace además una responsabilidad con el colectivo, entre otros, el de devolverle a los habitantes aficionados uno que otro resultado deportivo satisfactorio.
EL SANTOS LAGUNA está, ahora sí, al borde del “infierno”, esto es, de ser internado por tiempo indefinido en tan atormentador lugar en espera de mejores tiempos. Y siendo esto así, la afición de la Comarca se irá seguramente al mismísimo “limbo”.
Entre tanto, directivos, entrenadores y jugadores turistas seguirán gozando de sus privilegios económicos que ya quisiera el presidente de la República para una temporada.
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