ALGO LE ESTÁ SUCEDIENDO a nuestra comarca y no para bien. La región que siempre se caracterizó, entre muchas otras cosas buenas por la solidaridad de sus gentes, parece que ha cambiado.
A TRES SEMANAS de la huelga virtual de los trabajadores sindicalizados de Simas, las negociaciones se han empantanado a tal punto, que no se logra una solución.
EL AYUNTAMIENTO de Torreón está ofreciendo tajante un aumento del cinco por ciento al salario a los 365 trabajadores sindicalizados por la CTM. El sindicato por otra parte está pidiendo un aumento del siete por ciento.
SIENDO EL SALARIO PROMEDIO de los trabajadores cetemistas de 3,600 pesos al mes, el aumento que ofrece Simas les representaría un incremento de 6.0 centavos diarios. Los trabajadores están pidiendo 8.4 centavos diarios, lo que quiere decir que el pleito es por 2.4 centavos diarios.
PODRÁ SER MUCHO o poco el dinero el que está en juego, ello dependería del punto de vista desde el cual se enfocara el problema; pero lo que sí podemos detectar, es que la sociedad en su conjunto, las organizaciones obreras, los otros sindicatos, los partidos políticos no han dicho esta boca es mía con relación al conflicto.
HAN SIDO únicamente los organismos empresariales los que han hecho público su punto de vista, en el sentido de apoyar incondicionalmente la posición del presidente municipal.
DESGRACIADAMENTE nuestra comunidad ha venido practicando desde hace algunos años la política del avestruz, cuando de afrontar la realidad social de su entorno se trata, realidad que en última instancia nos afecta de una u otra manera a todos.
CUANDO POR UNA parte el Ayuntamiento les regatea un aumento del dos por ciento sobre la exigencia de los trabajadores del Simas, por la otra autoriza en sesión de Cabildo un incremento en las tarifas de los llamados “ruleteros” y de los camiones de servicio publico urbano del 35 por ciento, esto, lo que significa $1.20 al pasaje.
¿PARA IMPONER éste aumento el Ayuntamiento consultó acaso a los usuarios, a estudiantes, a universitarios, a trabajadores y empleados o a la sociedad en general? No, únicamente escuchó a los concesionarios.
ANTE ESTOS DOS hechos la sociedad de Torreón guardó silencio. No ha habido una sola voz disidente. Parecería que ya perdimos aquella solidaridad lagunera que nos hizo grandes. Ya nos negamos nosotros mismos hasta el “Derecho al Pataleo”.
LA PREGUNTA SERÍA: ¿Cuántas cosas se podrían comprar con seis centavos diarios más, y cuántas cosas no se podrán llegar a comprar con $1.20 centavos menos?
“PERO QUE DANDO el último teclaso a la máquina de escribir, me entero que la huelga se arregló y para bien de todos y que bien; sin embargo quedan otros muchos asuntos que reclaman la solidaridad de los torreonenses para con aquellos que más batallan para sacar el diario sustento”.
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