COMO SI EL HORNO estuviese para bollos, un grupo de diletantes del derecho constitucional de los tres partidos, que por ahora detentan la mayoría en la Cámara de Diputados, ha resuelto entretenerse durante su dominical estadía en la tranquila, colonial y turística Ciudad de Querétaro, estudiando la conveniencia de establecer en este país un sistema político parlamentario.
PARA EMPEZAR el 99.99% de los 105 millones de mexicanos que actualmente vivimos en este país, no tiene ni la más remota idea de con qué se come eso de Estado Parlamentario. En segundo lugar, ¿Con un Estado Parlamentario se terminaría con la pobreza extrema que padecen más de 50 millones de nacionales?
PUES AUN ASÍ, los diputados bien pagados, bien comidos y magníficamente hospedados, siguen tercos promoviendo los llamados Foro de Consulta Pública para la Reforma del Estado y al mismo tiempo, siguen gastando el dinero de todos en discusiones verdaderamente bizantinas que lo único que logran es distraer la atención de la población de sus problemas reales, como son: la inseguridad, el narcotráfico, la corrupción, la falta de empleo, la impunidad la migración masiva de los mexicanos, la destrucción de nuestros recursos naturales etcétera.
LOS POLÍTICOS MEXICANOS ya desde el siglo XIX, han sido muy proclives al divertimento de crear Leyes nuevas y sistemas políticos novedosos. Nuestra tradición política nos dispara de manera automática que para resolver un problema, no hay cosa más fácil que cambiar las Leyes. Muchos políticos mexicanos piensan y equivocadamente, que todos nuestros males derivan de Leyes malas y que con el simplemente hecho de cambiarlas, México será un país justo, igualitario, moderno y democrático.
NADA MÁS ALEJADO de la realidad. El gran problema de México es que sus Leyes no se cumplen. El gobernante obligado a cumplirla y hacerla cumplir no lo hace y en el peor de los casos, la negocia. A los jueces les tiemblan las corvas para aplicar la Ley en sus extremos; los ministerios públicos son de mentiritas e incapaces de llevar a juicio y obtener una sentencia condenatoria para el violador de la Ley. Todas las policías preventivas también son de mentiritas. Su preparación llega únicamente al fino arte de perseguir borrachos, asaltar parejitas o buscar una “mordida” facilita.
EL FISCO SIGUE tras sus reiterados causantes con su viejo padrón el mismo desde hace muchísimos años. Todos los mexicanos hacemos como que pagamos nuestras obligaciones fiscales y el fisco hace como que persigue a los evasores; los patrones hacen como que pagan salarios justos y los trabajadores en respuesta hacen como que trabajan y así podríamos seguir hasta el infinito.
NUESTRA REALIDAD está a la vista. No es cambiando las Leyes o inventando figurillas constitucionales, como saldremos de nuestra problemática. Cumplamos puntualmente las Leyes que son vigentes y hagamos que las cumplan las autoridades. Solamente así estaremos dando un primer paso y firme, para hacer de este país un lugar en donde todos podamos vivir con justicia, igualdad y democracia.
PERO POR CARIDAD señores diputados e inventores de figurillas constitucionales, empecemos primero por respetar y hacer cumplir la Ley, que lo demás vendrá por añadidura.
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