PARA QUE UN SISTEMA democrático funcione correctamente son necesarias muchas cosas, la principal y más importante, es que los protagonistas en las contiendas electorales aprendan a ganar y a perder.
SIN EL RESPETO a esa premisa básica, ningún sistema político que pretenda ser realmente democrático y representativo funcionará. Dentro de la incipiente democracia que vivimos, les falta aún mucho a los partidos políticos para madurar y llegar a su mayoría de edad.
CUANDO NO SON las tribus del PRD las que están impugnando sin base alguna una elección, son los señoritos del PAN los que se rasgan las vestiduras, pretendiendo impugnar las elecciones del pasado domingo en el Estado de Durango y en las que el PRI se los llevó de calle.
EN AQUELLA OCASIÓN en julio de 2006, cuando el partido del Sol Azteca perdió la elección a la Presidencia de la República con su candidato Andrés Manuel López Obrador, inconforme promovió sendo juicio ante el Tribunal Federal Electoral ejercitando la acción llamada “de Nulidad Abstracta” en contra del triunfo de Felipe Calderón.
LA SOLA PRESENTACIÓN de la demanda originó una serie de ataques por parte de los panistas, que acusaron a los muchachos del PRD de no saber reconocer sus derrotas.
LOS PANISTAS llamaron a los perredistas enemigos de la democracia, tránsfugas de las urnas, convenencieros, mapaches cibernéticos y otras variadas y sonoras lindezas.
AHORA EL PAN pretende hacer exactamente lo mismo que hizo en 2006 el PRD, al pretender, mediante la acción de “Nulidad Abstracta” invalidar las elecciones en el Estado de Durango y precisamente con relación a los ayuntamientos. Esto es, que según el PAN, las elecciones fueron muy parejas, justas y equitativas en lo referente a las diputaciones locales; pero que con relación a los ayuntamientos fue un verdadero cochinero.
LA MALA FE DEL PAN ESTÁ a la vista como en su momento estuvo la del PRD . Si las dos elecciones en Durango se celebraron en un solo acto, bajo las mismas circunstancias objetivas de tiempo y lugar, en las mismas casillas electorales, con el mismo personal y con la presencia de los mismos representantes de los partidos, ¿cómo es posible que ahora salgan con la barbaridad jurídica de que la nulidad no es respecto de las dos elecciones, sino únicamente sobre la de ayuntamientos?
SI EL GOBERNADOR Hernández Deras hizo promoción de su Gobierno durante las campañas de los candidatos priistas (cosa que no se ha probado), dicha conducta pudo haber afectado los resultados, pero en su totalidad, no únicamente en las elecciones de ayuntamientos.
VOLVEMOS OTRA vez a la inmadurez y a la mala fe de los partidos políticos que tantos cientos de miles de millones de pesos nos cuestan a todos, que cuando ganan una elección, sus dirigentes con voz engolada pregonan que vivimos en una democracia perfecta; pero cuando pierden se tiran con mexicana alegría al cochinero de las descalificaciones.
ASÍ NUNCA podremos avanzar.
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