POR ENÉSIMA VEZ, las autoridades quieren verle la cara a los ciudadanos. Existe un viejo síndrome político en nuestra vida nacional, que consiste en que los funcionarios públicos creen a pie jutilla, que lo mexicanos somos retrasados mentales y tontos por naturaleza.
ESTO VIENE A COLACIÓN con motivo del escándalo de los 207 millones de dólares, que le fueron encontrados y decomisados al señor Zhenli Ye Gon, en una casa de las Lomas de Chapultepec.
LO QUE EL PÚBLICO ha podido saber a través de las deshilvanadas notas de prensa, es que el contrabandista logró introducir al país, (sin duda con la corrupción de cientos de autoridades y funcionarios de la Secretaría de Hacienda y cuerpos policiacos) más de 60 toneladas de seudoefedrina, la materia prima esencial para la fabricación de drogas sintéticas.
EN ESTA TRISTE COMEDIA de equivocaciones, ha participado una serie de personajes que dan ternura. Primeramente el Gobierno Federal que sin base legal alguna remitió al extranjero y depositó en el Bank of America el decomiso, cuando debió haberlo puesto bajo la custodia, resguardo y en depósito del Banco de México.
POSTERIORMENTE el presidente Calderón recibe una carta de abogados “huizacheros” de Wall Streat y que patrocinan al chino prófugo de la justicia, en la que le sugieren un “arreglito” sobre los 207 millones de dólares confiscados.
ACTO SEGUIDO, EL CHINO acusa al actual secretario del Trabajo, Javier Lozano Alarcón de una serie de estupideces tales como las siguientes: 1.- Que funcionarios del PAN le enviaban bolsas repletas de millones de dólares para que las guardara en la casa de Las Lomas; 2.- Que en ocasiones panistas le tiraban frente a la casa carteras llenas de dólares que él, muy obediente, se limitaba a acomodar y apilar en sus ratos de ocio; 3.- Que posteriormente le llegaron cuatro contendedores de armas, incluyendo misiles antiaéreos portátiles que el se negó a recibir. (Él solamente recibía dólares no faltaba más).
Y ASÍ HASTA EL INFINITO son la sarta de mentiras que delincuentes, abogados, autoridades y funcionarios mexicanos han venido propalando para que el pueblo de México se las trague sin siquiera pestañear.
PERO LAS PREGUNTAS que todos ahora nos hacemos son: ¿Cómo pudo el chino pasar 60 toneladas de seudoefedrina sin que ninguna autoridad aduanera, fiscal, de la Policía Federal Preventiva, de los retenes del Ejército etc., etc., se dieran cuenta?
¿Cuál fue la razón o fundamento legal para que el Gobierno mandara al extranjero los 207 millones de dólares confiscados y no los depositara en El Banco de México? y finalmente, ¿Quién se quiere quedar con el dinero decomisado?
ESTE GRAN CUENTO CHINO apenas comienza, si no al tiempo.
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