COMO SI EL PAÍS no tuviera ya problemas que resolver, ahora resulta que un grupo de delincuentes organizados resolvió destruir instalaciones de ductos de gas natural de Petróleos Mexicanos en los Estados de Veracruz y Tlaxcala.
LA EXISTENCIA de grupos extremistas en el mundo, parece que ya es común en nuestros días. Tenemos a la vista el ejemplo de la ETA, el IRA y otros grupos anarquistas que vienen sembrando la muerte en gente inocente.
LA CARACTERÍSTICA especial de los grupos de delincuentes organizados de México, es su voluntarismo de quererse amparar a la sombras de siglas de tipo mesiánico, que pretenden identificar con una pretendida lucha social en defensa de los pobres y los más desposeídos. Es de hacer notar que por ahora, los delincuentes no atentan generalmente contra la vida de los ciudadanos, como lo ha hecho la ETA en sus actos dinamiteros que asesinaron a cientos de españoles.
LOS DELINCUENTES LOCALES pretenden destruir la infraestructura energética de México con la muy peregrina idea, de que paralizando al país ellos asumirían el poder. Ellos piensan que paralizando a las industrias dependientes del gas natural y de los energéticos, se provocarían complicados conflictos económicos y del despido masivo de trabajadores, que finalmente les abriría las puertas del poder político.
SI EL PAÍS NO TUVIERA libertades políticas y que el acceso al poder estuviese vedado a los ciudadanos de manera arbitraria, la existencia y actitudes de los grupos anarquistas y violentas, podrían llegar a tener quizá alguna justificación; pero no en México, en donde existen puertas abiertas para el acceso de los ciudadanos al poder político, mediante elecciones libres y hasta con todos los gastos pagados por parte del Gobierno.
LA ACTITUD DE los delincuentes en Veracruz y Tlaxcala responde a un perverso plan que no busca otra cosa, que poner la economía del país de rodillas para generar un caos social, que a lo único que nos llevaría sería al endurecimiento de las acciones del Gobierno para instituir una generalizada participación del Ejército y de las Fuerzas de Seguridad Pública, en la vida de todos los mexicanos.
EL ESTADO MEXICANO en el caso de los saboteadores en Veracruz y Tlaxcala o de los que cometan en cualquier parte del país, deberá tomar las medidas de Inteligencia de Estado más eficaces, para poder llevar a los tribunales a estos señores que sueñan poner de rodillas a México.
PRIMERAMENTE LOS INTEGRANTES de este grupo de delincuentes, no son un ejército, pues para ejército el de Pancho Villa; no son revolucionarios, pues para revolucionario Francisco I. Madero y menos son populares, pues nadie sabe ni quiénes son ni sabida causa alguna de que hayan hecho algo en beneficio de los desposeídos; por el contrario, éstos serán los más dañados por sus ilícitas acciones.
PERO DÍGANME USTEDES: ¿Cuándo a un grupo de dinamiteros se les había reconocido como lo que quieren ser reconocidos?
Comentarios: gaasoc@hotmail.com
