DE NUEVO Y COMO SIEMPRE, entramos otra vez al mundo virtual o lo que es lo mismo, a la cuarta dimensión. Los mexicanos y los medios seguimos dialogando con fantasmas, como lo hizo Don Juan Tenorio y Don Luis Mejía en la famosa obra de teatro de Don Juan Tenorio. Los medios escritos siguen ocupando sus planas y los medios electrónicos sus horas narrando cosas que son irreales.
TODO VIENE A COLACIÓN con motivo de las últimas declaraciones del inefable sub comediante Marcos, surgidas desde las profundidades de la selva lacandona. Con su reloj a prueba de profundidades marinas, su insustituible pipa alimentada con aromáticos tabacos de maple, su pistola al cinto, el ostentoso collar tejido por manos de indígenas chiapanecos, cachuchita un poco gastada y su llamativo pasamontañas.
ANTE EL ASOMBRO de los habitantes de un país de 105 millones de habitantes, acaba de proclamar con voz chillona urbi et orbi, que la guerra político-militar que viene practicando un grupo de dinamiteros que se autodesigna EPR, es totalmente justa. Acto seguido ingresa al autismo total y declara: “Que los ¡GUERRILLEROS! que fueron detenidos o muertos en una escaramuza con milicias del Gobierno constituido, deberán ser devueltos y entregados a los propios guerrilleros.
ES AQUÍ EN DONDE las cosas toman un cariz de tontería. ¿Pero se pueden ustedes imaginar a Pancho Villa exigiéndole al Gobierno contra el que guerreaba la entrega inmediata de los Dorados que le fueron muertos o apresados en un enfrentamiento guerrillero? Perdonen la comparación de los del ERP con los seguidores del Centauro del Norte, pero no se puede describir esto de otra manera.
DESDE QUE EL MUNDO ES MUNDO los hombres inconformes con un Gobierno han recurrido a la guerrilla o la revolución para derrocarlo y eso está muy correcto, pues se trata de un derecho inherente a la propia dignidad del ser humano: resistirse a la opresión y a la injusticia. En esas condiciones el guerrillero o revolucionario conoce las consecuencias de sus actos en el caso de perder su lucha y esto siempre ha sido así; ahora si el guerrillero llega a triunfar, lo más seguro es que mandará colgar del poste más alto a los representantes del sistema político que derrumbó. Estas han sido las reglas en todos los tiempos y en todos países y de ello, la historia de México nos puede dar muchos ejemplos.
DE AHÍ QUE LO DICHO por el sub comediante sea un disparate que confirma su estado autista ajeno a la realidad del mundo, de México y de la propia historia; sin embargo los medios siguen publicando sus tonterías y el ciudadano común y corriente leyéndolas y sufriéndolas.
PERO ESTOS SON los tiempos que vivimos.
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