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Mirando a fondo

Víctor G. González Avelar

QUISIÉRAMOS PASAR rápida revista al proyecto que ha anunciado el Ayuntamiento de Torreón, para modificar la actual Plaza de Armas y sustituirla por un Zócalo con un estacionamiento subterráneo y nuevas áreas peatonales.

PRIMERAMENTE debemos reconocer que la modificación o remodelación de un área tan importante como lo es el corazón de una ciudad, no es posible dejarlo a encuestas de tipo popular. La arquitectura y el urbanismo son disciplinas del conocimiento humano muy serias y las remodelaciones no pueden quedar al contentillo ni de los gobernantes ni de los ambulantes. Todo cambio en la fisonomía de una ciudad, muy especialmente el de su corazón, debe ser el producto de un meditado estudio urbanístico profesional para poder obtener de manera óptima los cambios que se buscan.

YA DESDE EL PRINCIPIO empezamos mal, simplemente el mencionar el concepto de “Zócalo” en el anteproyecto para nuestra Plaza de Armas, nos habla de una imitación extralógica con relación al de la Ciudad de México. Aquel Zócalo tiene su propia historia y esa historia lo define y justifica. Antes de la llegada de los españoles esa área consistía en una gran explanada rodeada de templos aztecas, sobre los cuales los sacerdotes oraban a sus dioses y realizaban el rito de los sacrificios humanos para alimentar al Sol y asegurar su permanencia en el cielo.

INSTAURADO QUE FUE el virreinato a aquella gran explanada se le llamó como Plaza de Armas, en razón de que en ese lugar se encontraban las fuerzas militares del Imperio de España que mantenían a sangre y fuego el dominio de España en los dilatados territorios que colindaban al sur con la hoy Colombia, al norte este con la Louisiana, al norponiente con Oregon y al poniente con las Filipinas. A mayor abundamiento, frente a aquella gran plaza se encontraban asentados los edificios de los poderes de la Iglesia con su catedral metropolitana, el sagrario y la casa del arzobispado.

YA POSTERIORMENTE uno de los últimos virreyes de la Nueva España quiso hacerle la barba a su rey Carlos IV, e inició la construcción de un zócalo o pedestal para montar sobre él la estatua del monarca; pero con motivo de la Independencia la obra quedó inconclusa y el pueblo la llamó como “el zócalo”, nombre con que ha llegado hasta nuestros días. En el Siglo IX no faltaron otros políticos barberos que quisieron poner sobre el pedestal o zócalo la estatua ecuestre de Antonio López de Santa Ana, proyecto que por suerte también fracasó.

LA GRAN EXPLANADA de Plaza Mayor, Plaza de Armas o Zócalo fue históricamente plana sin plantas ni árboles. El objetivo no era ecológico, ni estética o urbanístico. Se trataba únicamente de facilitar a los gobernantes la visibilidad para reconocer de inmediato cualquier movimiento, marcha, motín o asonada que se acercara amenazante e incontrolada a las oficinas del poder. Después de la Revolución, se le pusieron algunas palmas y se dibujaron esquemas de jardinería lo que no facilitaban los actos masivos de apoyo a los regímenes post revolucionarios, la organización de los desfiles militares y deportivos y muy principalmente la celebración del Grito de la Independencia el 15 de septiembre. En nuestros días, el Zócalo capitalino ha vuelto a ser la gran explanada, hoy de cemento, en donde se dan cita todas las protestas e inconformidades de todos los mexicanos.

QUERER CONSTRUIR en la actual Plaza una enorme plancha de cemento para semejar un Zócalo, no sería otra cosa que construir el comal más grande del mundo, atendiendo por supuesto a nuestro caluroso clima lagunero. Nuestra Plaza lo único que necesita es que se le ordene limpiándola de comerciantes ambulantes; que se limpien y alumbren debidamente sus fuentes y áreas peatonales, que se arreglen sus árboles y/o se planten nuevas variedades más afines con el clima de la región. Por lo que respecta a un estacionamiento subterráneo, nos parece un costo excesivo, improcedente y económicamente inviable. Muy cerca de la plaza por las avenidas Morelos y Matamoros y las calles Cepeda y Zaragoza hay más de cinco lotes de terreno y en cualquiera de ellos se podría construir un estacionamiento de niveles. Por lo que respecta a las áreas peatonales éstas si serían una muy buena solución.

Comentarios: vggavelar@hotmail.com

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